Se frustra explicación del expresidente luego de que Fiscalización decidiera postergar su presentación. Fujimoristas demuestran intención de dinamitarlo políticamente
Lo extraño del asunto fue que cuando se votó esto, Toledo llevaba más de media hora sentado en esa comisión, presenciando un debate enredado sobre si lo iban a escuchar o no, tal como se había confirmado el lunes. Tras la votación, a Toledo no le quedó otra que pararse e irse, sin haber pronunciado palabra.
DEBIDO PROCESO
Omonte, miembro de esa comisión, decía que si el exmandatario era citado como “investigado”, y no como invitado, debía ser notificado con 72 horas de anticipación, informado sobre el tema de investigación y los documentos con los que se cuentan, darle la posibilidad de escoger un abogado, entre otras cosas. Si eso no se hacía así –añadía–, se estaría violando el debido proceso.
Como era de esperarse, esta misiva ocasionó el reclamo de la mayoría de miembros de la comisión, quienes dijeron que eso contradecía la carta enviada por el mismo Toledo el lunes, en la que pedía a ese grupo de trabajo que lo inviten “para compartir (…) mis reflexiones y datos sobre los hechos materia de investigación”. Entonces, ¿por qué Omonte envió esa carta?
José León, vocero de la bancada de PP, dijo por su parte que Omonte tenía la obligación de actuar de forma reglamentaria, como miembro de esa comisión, aún por encima de la actitud “emocional” de Toledo, quien pidió ser invitado.
NO INVITADO; CITADO
El lunes, Zeballos remarcó que Toledo no sería invitado, sino citado a su comisión, ya que él está siendo investigado. Para concretar una sesión extraordinaria, él llamó a todos los voceros de los partidos que integran ese grupo de trabajo, quienes –aseguró– le expresaron su conformidad.
Lo que llama la atención es que ninguno de los consultados por Zeballos –incluido él mismo– se hubiera percatado de que se podría estar violando el debido proceso al citar a Toledo con tanta celeridad. Si ellos no se hubieran adelantado a convocarlo, nada del show visto ayer hubiera sucedido.
Algo que sorprendió ayer a todos los miembros de la comisión fue que en pleno debate sobre si se iba a recibir o no a Toledo, el presidente del grupo suspendió la sesión precisamente para hacer ingresar al exmandatario. ¿Para qué invitarlo a entrar si aún no se sabía si se le iba a escuchar o no?
MANIOBRA, TRAMPA
Cuando Toledo ya había ingresado a la sesión, los apristas y fujimoristas seguían cuestionando la carta de Omonte, calificándola como una “maniobra política” y una “trampa” para enturbiar las investigaciones. Ellos también expresaron su molestia por el hecho de que Toledo, en su primera carta, señalara que daría sus explicaciones ante esa comisión en apenas 20 minutos.
Este hecho obligó a que Zeballos –siempre en presencia del exmandatario– aclarara que las “reglas de juego” las ponía él, aunque para congresistas como Mauricio Mulder quedaba claro que eso no estaba siendo así, sino que más bien se estaba dando motivos a PP para sostener una afectación al debido proceso, o dándole motivos para que Toledo se victimice.
No obstante, al final todos votaron para que se reprograme la citación al expresidente, quien tuvo que abandonar el hemiciclo Raúl Porras Barrenechea después de más de media hora de haber estado sentado allí, solo escuchando.
EL DATO
Zeballos dijo que él hubiera querido citar a Toledo en octubre, pero que decidió hacerlo ahora en virtud de la carta enviada por el expresidente, y luego de hacer la consulta a todas las bancadas integrantes de su comisión
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JAIME ESPEJO ARCE