Del terrorismo de SL en Tarata al terrorismo de Estado en La Cantuta
La historia secreta de las 28 horas que transcurrieron desde el ataque con coche bomba a Miraflores hasta la masacre de 9 estudiantes y un profesor cantuteños, a quienes se atribuyó falsamente el atentado con coche-bomba.
Edmundo Cruz.
La madrugada del sábado 18 de julio de 1992, cuando el Grupo Colina incursionó en laUniversidad La Cantuta para secuestrar y eliminar a un profesor y nueve estudiantes, apenas habían transcurrido 28 horas y 10 minutos del estallido del coche bomba en la calle Tarata, en Miraflores.
Los 400 kilos de anfo y dinamita que segaron la vida de 25 personas estallaron a las 9 y 20 de la noche del jueves 16 de julio de 1992. Y la desaparición de los cantuteños comenzó a la 1 y 15 del sábado 18 de julio.
En torno a la inmediatez de estos dos actos de terror, 20 años después circularon las más diversas versiones.
AUTORÍA DE TARATA
Una de las versiones más difundidas por el gobierno de Alberto Fujimori atribuía la autoría del coche bomba de Tarata al profesor y a los estudiantes de La Cantuta eliminados extrajudicialmente, a mucho menos de 48 horas. Aparte, por cierto, de endilgarles militancia senderista.
La sentencia al ex presidente Alberto Fujimori dictada por la Corte Suprema de Justiciaen abril del 2009, y confirmada en enero de 2010, puso punto final a esta hipótesis. Ninguna pieza probatoria de la supuesta autoría atribuible a las víctimas de La Cantuta fue presentada a la Sala Suprema.
En otro juicio fueron sentenciados por el atentado de Tarata nueve personas y ninguna de ellas era alumno ni profesor de La Cantuta. Los procesó el tribunal militar, y luego la Sala de Terrorismo del fuero común.
"¡PASAPORTE!"
En cuanto a las responsabilidades por el crimen de La Cantuta, la prensa independiente se hizo por algún tiempo la siguiente pregunta: Si el gobierno fujimorista tenía que ver en el asunto, ¿en qué momento de esas 28 horas intermedias entre Tarata y La Cantuta decidió el operativo de represalia?
El Grupo Colina fue creado para realizar eliminaciones extrajudiciales y daba pasos precisos definidos: detección, detención, eliminación y desaparición del objetivo. No debían dejar rastro. Pero, no actuaban por su cuenta. Esta facultad de decisión estaba reservada a las alturas del poder.
¿Cómo funcionó en concreto la cadena de mando entre la explosión de Tarata y la matanza de La Cantuta?
Poco tiempo después del destape de las fosas de Cieneguilla y de Ramiro Prialé a cargo de un equipo de periodistas de la revista "Sí", éste semanario recibió una confidencia sobre el punto.
La información decía que en un encuentro social, inmediatamente después del hallazgo de las fosas, un ex ministro de Fujimori había confesado a un diplomático detalles del "minigabinete" que horas después del coche bomba de Tarata decidió la ejecución del operativo de La Cantuta.
De acuerdo con la versión, los participantes del "mini-gabinete" –Fujimori, Vladimiro Montesinos, Nicolás Hermoza Ríos y algunos ministros– escucharon un informe de inteligencia según el cual el coche bomba de Tarata era obra de un grupo senderista de la Universidad La Cantuta.
La información la habían recogido agentes del grupo Colina infiltrados en ese centro de estudios.
Un colérico Fujimori habría reaccionado con esta exclamación: "¡Pasaporte! ¡Hay que darles pasaporte!". Por el término "pasaporte", Fujimori aludía que fueran enviados de "viaje" al más allá.
Años después, la prensa independiente al tanto de la confidencia consultó al ex ministro implicado. El emplazado no admitió la versión y se mostró muy sorprendido. En descargo, contó cómo él recibió la noticia de Tarata.
"Estábamos en reunión de gabinete en Palacio de Gobierno, cuando alguien irrumpió en el salón para informar al Presidente que tenía una llamada urgente. Salió y al volver nos dio la trágica noticia: 'Han puesto un coche bomba en Miraflores'. Unos minutos más y se levantó la reunión. No tomé conciencia de la magnitud del daño sino al día siguiente cuando leí los diarios", narró el consultado.
COINCIDENCIA
Una historia similar se lee en "Itinerario de mil desaciertos políticos 1990-2001", deConnie Picasso y Gonzalo Martín, autores desconocidos. El libro fue alcanzado a La República años después de la caída del régimen fujimorista por un colega periodista que durante los 90 escribió notas con evidentes fuentes del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). "Hace dos años –dice el texto– (Santiago) Martin Rivas, jefe del Grupo Colina, reveló a un íntimo amigo que a pocas horas de producido el atentado de la calle Tarata en Miraflores, Vladimiro Montesinos lo convocó en el despacho del ex presidente Fujimori".
"Una vez ahí fue testigo de cómo el mandatario increpaba a su asesor exigiéndole efectividad por parte de los servicios secretos".
–"¿Tienen ubicados a los autores? ¿Hay indicios? ... ¿Quiénes son?".
–"Sabemos que han sido terroristas de La Cantuta, estamos en pleno proceso de investigación...", habría respondido Montesinos".
–"¡Captúrenlos!... ¡Desaparézcanlos!... ¿Ha entendido, mayor Rivas?"... ¿Qué pasa con su gente?, continuó Fujimori dirigiéndose a Martin Rivas con mirada exasperada".
12 HORAS EN BLANCO
El afán de atar cabos nos llevó a revisar el movimiento público de los actores, hora a hora, en esos días cruciales.
Ya se ha dicho, el jueves 16 a las 9 y 20 de la noche, el coche bomba interrumpió la reunión de gabinete. Una llamada de su asesor de inteligencia le dio cuenta de la situación y la sesión se levantó a las 10 de la noche.
En las doce horas siguientes los medios de comunicación no dan razón del movimiento del Presidente.
Recién a las 10 de la mañana del viernes 17 se reporta su presencia en el Colegio de Contadores. Ahí permanece una hora y luego emprende vuelo en helicóptero a Huaraz. Lo acompañaron los ministros de Justicia, Economía y Agricultura.
A las 9 y 45 de la noche está de nuevo en Palacio de Gobierno con los ministros Víctor Malca Villanueva (Defensa) y Juan Briones Dávila (Interior) y el director PNP.
El espacio en que Fujimori pudo sostener la reunión de la que hablan las versiones está a la vista.
La sentencia de la Corte Suprema contra Fujimori confirma que el propósito del ex presidente al ordenar al Grupo Colina la masacre de La Cantuta era alcanzar un objetivo político: derrotar al terrorismo en 1995, y con ese fin, otorgó licencia para la formación de grupos como Colina, con miembros del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).
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JAIME ESPEJO ARCE