martes, 3 de julio de 2012

El principio de Peter



Augusto Álvarez Rodrich  Escribe: AUGUSTO ALVAREZ RODRICH. 
Antes de decidir sobre los cambios ministeriales, al presidente Ollanta Humala le conviene revisar el Principio de Peter.
Los rumores de cambios ministeriales son recurrentes en el Perú. No hay día en el que no se especule de uno junto con nombres de reemplazos que los medios recogen sin mayor verificación. Rara vez aciertan, sin embargo, especialmente con un gobierno como el de Humala que, en esto, se mueve con mucha reserva.
Pero hoy abundan los rumores de que algunos cambios habrá antes de fiestas patrias, y de que el gobierno los evalúa con cuidado. En este contexto, ‘el gobierno’ significa, para todo fin práctico, el presidente Humala, su esposa Nadine Heredia y, a lo sumo, un par de asesores.
El reducido número de personas entre las que se discuten estos asuntos explica la poca filtración del nombre de los reemplazos que se evalúa, salvo hasta pocas horas antes de la juramentación.
La pregunta más relevante en todo esto es si los cambios alcanzarán al presidente del Consejo, Óscar Valdés. A favor de su permanencia estaría el hecho de que la crisis de Conga se va disipando y que, al menos en estos días, el gobierno experimenta una cierta calma política.

Calma hay, sin duda, pero chicha, pues el próximo incendio está a la vuelta de la esquina. Esto, junto con sus bastantes reconocidas limitaciones para desempeñar un cargo eminentemente político, fundamenta la conveniencia de liberar a Óscar Valdés de la agotadora tarea de meter al gobierno en problemas.
Así, una media docena de ministros debiera ser cambiada, incluyendo al premier. No solo por la necesidad de empezar el segundo año con otra cara, y no con la actual, muy gastada, sino porque –y esto es lo relevante– el gobierno requiere mejorar sustantivamente su capacidad de operación política, con todo lo que eso implica, que no es poco.
La pregunta que surge a continuación es dónde encontrar el reemplazo de Valdés, dentro o fuera del gobierno. Varios ministros actuales han sido puestos en el rumor, incluyendo a dos que han destacado recientemente: René Cornejo y Manuel Pulgar Vidal.
Aquí entra el ‘Principio de Peter’, según el cual toda persona que realiza bien su trabajo suele ser promocionada a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanza su nivel de incompetencia, donde ya se queda por mucho tiempo.
Que Cornejo o Pulgar Vidal tengan hoy un desempeño destacado, lleva a preguntar que, si el gobierno ya tiene buenos ministros del Ambiente, y de Vivienda, Construcción y Saneamiento, ¿para qué cambiarlos, y si no sería mejor buscar un nuevo premier que seguramente hoy no está dentro del gobierno?

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JAIME ESPEJO ARCE