La mayoría de estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), los no católicos e incluso los católicos, están dispuestos a defender su autonomía ante la exigencia de la Santa Sede, divulgada el martes, para que modifiquen sus estatutos. Su posición será rechazar este cambio que propone que el rector debe ser elegido, no por la Asamblea Universitaria sino por el cardenal Juan Luis Cipriani, como Gran Canciller de la PUCP.
Así lo indicó la presidenta de la Federación de Estudiantes de la PUCP, Sigrid Bazán, quien también remarcó que están dispuestos a asumir las consecuencias de no cambiar los estatutos antes del 8 de abril -como exige la Santa Sede-, incluso si ello implica perder el título de ‘Pontificia’. Según su posición, que eso pase no significará que se pierda la calidad académica de la universidad.
“Muchos de los que se oponen a la imposición de la Santa Sede son católicos. Defendemos que prevalezca la autonomía, la libertad de expresión y la pluralidad. El Vaticano podría decir que si no se acepta su exigencia le quitamos el título honorífico de ‘Pontificia’, pero esto no afectará la calidad académica”, remarcó.
Asimismo, indicó que más bien con los cambios al estatuto el Gran Canciller, es decir Cipriani, podría despedir a diversos docentes que, según su perspectiva, no cumplan con las calificaciones morales o académicas que él considere.
Tras recordar que el Arzobispo sí está representado en la Asamblea Universitaria con cinco obispos, que por cierto no asisten hace cuatro años, Bazán dijo que la composición actual del gobierno de la PUCP es la que le permite a ella y a los demás estudiantes opinar sobre estos temas, algo que sería impensable si se modifican los estatutos a pedido de la Santa Sede.
La dirigente estudiantil recordó que los problemas de la PUCP con el Arzobispado comenzaron desde que Cipriani asumió como cardenal, pues antes ya se había avanzado con la modificación de los estatutos para adecuarlos a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, como ahora lo exige la Santa Sede. Esto fue incluso aceptado por el entonces cardenal Augusto Vargas Alzamora.
¿PUCP SOMETIDA?
Según el especialista en derecho canónico Luis Solari, la Santa Sede sí tiene potestad para exigir a la PUCP que adecúe sus estatutos según sus requerimientos, pues cuando dicha casa de estudios pidió ser ‘católica’, esta se sometía a la autoridad de la Iglesia.
Asimismo, explicó que cuando la PUCP dice que están regidos por la ley peruana y la Constitución, se olvidan de mencionar que la Carta Magna obliga el respeto a los tratados, como el que tienen el Perú y el Vaticano (de 1980), en el que se establece que la Iglesia puede dar licencias a universidades para usar la denominación de ‘católica’.
No obstante, la posición de la PUCP advierte varias imprecisiones en esta interpretación, pues en el derecho canónico se establece que la Santa Sede podría tener injerencia sobre las denominadas personas jurídicas de derecho público eclesiástico, pero no sobre las personas jurídicas privadas, como es la PUCP.
La universidad en cuestión es una persona jurídica privada porque no fue fundada por una autoridad eclesiástica, sino por un sacerdote y cinco laicos, contando con la aprobación de la autoridad eclesiástica.
Del mismo modo, en el acuerdo entre el Perú y el Vaticano también se indica que “la Iglesia tiene plena libertad para establecer centros educacionales de todo nivel, de conformidad con la legislación nacional”. Es decir, incluso si una universidad fuera fundada por la Iglesia, tendría que someterse a las leyes peruanas.
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JAIME ESPEJO ARCE