En menos de tres semanas se selló un acuerdo comercial que evitó la toma hostil de Epensa por el Grupo La República y que ha fortalecido a El Comercio.
El miércoles 21 de agosto, los abogados de Olga Banchero Rossi y sus hijos Luis, Rossana, Gabriela y Carlos Agois Banchero, solicitaron a la notaría Fernandini que hiciera llegar una carta notarial al matrimonio conformado por Enrique Agois Paulsen y Marcia Mindreau. La notaría cumplió el encargo a las 12.45 pm de ese día. La notificación indicaba que, en uso de su derecho de preferencia, habían dejado un cheque por US$ 17 millones doscientos mil dólares en el Banco de Crédito, para adquirir el 54% de las acciones de Epensa que habían puesto a la venta. En una suerte de contraataque, los Agois Banchero evitaban que el Grupo La República se hiciera del control de la casa editora.
Como se ha contado en la edición 25 de Velaverde, las movidas para tomar Epensa se iniciaron en abril de este año. El 2 de abril, en la notaría Marcos Vainstein Blanck, se legalizó un documento mediante el cual la señora Marcia Mindreau Navarrete de Agois obtuvo el poder amplio para manejar todos los bienes de su esposo, Enrique Agois Paulsen, de 93 años de edad y socio mayoritario del Grupo Epensa.
El poder se habría usado básicamente para vender el 54% de las acciones de Epensa, que era controlado por el matrimonio (20%, Mindreau y 34%, Agois Paulsen). Entre abril y julio de este año se habría negociado con el Grupo La República las condiciones de venta. Las tratativas llegaron a buen término y a fines de julio se habría cerrado el acuerdo: 17 millones doscientos mil dólares por la compra del 54% de las acciones.
Con esta oferta segura, había que proceder de acuerdo a los estatutos de la sociedad y comunicar a los socios minoritarios (Olga Banchero y sus hijos) para que hicieran uso de su derecho de preferencia.
El 25 de julio, vía carta notarial, se les hizo saber que el Grupo La República había ofertado los más de 17 millones de dólares por el control de Epensa, y que tenía hasta el 26 de agosto para hacer uso de su derecho de preferencia.
Los Agois Banchero lo tomaron de la peor manera. Sintieron que era una toma hostil, que los Mohme estaban tratando de hacerles una trastada.
De acuerdo a fuentes cercanas a la familia, esta movida los molestó sobremanera, pues generaba una indeseada disputa con su padre y los llevaba a un escenario sumamente complicado. Además, les preocupaba el viraje editorial que podía representar que Epensa pasara a manos de La República.
Ante esta situación, decidieron dar la pelea. Inmediatamente convocaron a Enrique Ghersi, abogado de la familia y miembro del directorio de Epensa. Con él analizaron las soluciones posibles. Se buscó financiamiento, pero en el sistema bancario ninguna institución estuvo dispuesta a darles un préstamo tan grande.
Lo único que quedaba era una alianza con algún otro grupo editorial. Se tocaron varias puertas, pero el único realmente interesado, y con la capacidad de poner el dinero que se necesitaba sobre la mesa, fue El Comercio.
El directorio de este grupo le otorgó poderes especiales a su gerente general, César Pardo Figueroa, para que negociara la fusión con Epensa. Luis Agois obtuvo los mismos de su empresa y empezó el tira y afloja.
Pardo contrató a Apoyo para que examinara los temas financieros y llamó al Estudio Payet para ver los asuntos legales, del otro lado de la mesa se sentó Enrique Ghersi. Poco a poco fueron definiendo los términos del acuerdo.
El Comercio propuso que los Agois se quedaran con el manejo de la parte editorial y que formaran una empresa para que brindara los servicios periodísticos a Epensa. Este esquema es el mismo que utilizan para la edición de sus periódicos populares. De esta forma, el grupo de los Miró Quesada, controla todos los activos importantes de Epensa (hasta el 54%), es decir, los edificios, las rotativas y sobre todo los logos de los diarios. Los Agois aceptaron.
El acuerdo finalmente se cerró el 20 por la noche y se hizo el depósito del dinero para que se dejara sin efecto la toma hostil. Todos sonreían. El miércoles se envió la carta notarial comunicando que se hacía uso del derecho de preferencia, solo entonces se le pidió a Freddy Chirinos, contratado para que viera los temas comunicacionales, que informara lo que había sucedido.
El mismo 21 de agosto por la noche se firmó el acuerdo entre los Agois y El Comercio para que les brinden los servicios editoriales. Con esta compra, la presencia del grupo El Comercio se consolida especialmente en provincias, donde Correo tiene una gran aceptación.
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JAIME ESPEJO ARCE