Seminario de Políticas en justicia transicional – diez años de verdad y memoria en el Perú: miradas históricas y comparativas sobre el legado de la CVR. |
En el segundo día del seminario de Políticas en justicia transicional – diez años de verdad y memoria en el Perú: miradas históricas y comparativas sobre el legado de la CVR se desarrollaron los temas: Enfoques, límites y posibilidades del modelo Comisiones de la Verdad, las reparaciones y la problemática de los desaparecidos.
Durante el tercer y último tema del día, se abarcó la problemática de los desaparecidos. En donde los ponentes se refirieron a las políticas de búsqueda de personas desaparecidas en el Perú, el arte y la política en esos tiempos y se dio a la luz los secretos que se guardaban en el cuartel Los Cabitos de Ayacucho.
El primer expositor fue el representante del Comité Internacional de la Cruz Roja, Rafael Barrantes, el cual se refirió al tema de “La política de búsqueda de personas desaparecidas en el Perú”.
Barrantes indicó que hay aproximadamente 13, 271 desaparecidos y que el departamento donde se produjo la mayor cantidad de desapariciones fue Ayacucho con 6 043 personas desaparecidas.
Además, informa una lamentable realidad, donde se observa que “existen lugares en el Perú, en el que hay un sitio de entierro por cada tres kilómetros cuadrados”, declaró.
Más aún, señaló que las principales necesidades que tienen las familias de personas desaparecidas son: la incertidumbre, justicia, resarcimiento, acompañamiento psicosocial, apoyo material y logística.
También acotó que para los familiares de los desaparecidos, la esperanza es sinónimo de dolor y angustia. Ya que aunque pasen los años, siempre queda la nostalgia por saber qué pasó con su ser querido, y es ahí donde la esperanza y la fe, por volver a verlos es desconsuelo.
“La esperanza para los familiares de las personas desaparecidas, es incertidumbre, la palabra esperanza para ellos significa la fuente de su dolor”, manifestó Rafael Barrantes.
Luego, se presentó la profesora del departamento de Antropología en la Universidad Macalester College, Olga Gonzales, quien dirigió el tema: “El silencio y la ausencia son visibles: Arte y política por los desaparecidos en el Perú”.
La profesora de Macalester College, señaló que es muy importante que las personas puedan expresar lo que ocurrió durante la época del terrorismo en el Perú, con muestras artísticas, esto permite la ejecución de la democracia y ayuda a que muchos sectores del país puedan tomar conciencia de esta terrible realidad que se desarrolló durante 20 años.
“Las muestras artísticas están tomando las riendas de la democracia, desafiando el silencio, y provocando que la indiferencia de algunas sectores del Perú, puedan reconocer lo que pasó en el país durante los 20 años de terror”, subrayó.
Más aún, mostró su indignación al referirse a este sector de la población indiferente, que no le importa cuanto hayan sufrido las personas de su país, durante el terrorismo.
“Resulta absurdo que algunas personas queden sorprendidas por los miles de muertos que dejó el conflicto interno. Todos sabían, pero no a todos les importaba la suerte de personas campesinas”, puntualizó.
Por consiguiente, se expuso el tema: Secretos que guarda el cuartel “Los Cabitos” de Ayacucho, la fiscal del caso “Los Cabitos”, Cristina Olazábal, quien contó todo lo que vivió cuando realizó la investigación.
“En un campo de concentración, las personas detenidas eran cruelmente torturadas… las declaraciones de los detenidos acusan sometimientos a descargas eléctricas, golpes, amenazas… además muchas de las personas detenidas permanecieron por un periodo largo con los ojos vendados” informó la fiscal.
Además, señaló que se halló 100 kilos de huesos calcinados de jóvenes y niños.
“Encontramos huesos calcinados, que juntos pesaban 100 kilos. Estos pertenecían a hombres y mujeres jóvenes, además se encontró una dentadura de un menor de 12 años, lo que nos demuestra que los agentes del estado no tuvieron piedad ni con los niños”.
Cabe señalar que Olazábal indicó que los sobrevivientes de estas torturas quedaron con grandes traumas psicológicos, y que a pesar de que hayan pasado 20 años, aún le siguen temiendo a los policías y militares.
“Estas personas por lo general sufrían al momento de recordar todos los episodios que vivieron, algunas se escondían al ver a un policía o a un militar”, remarcó.
Finalmente concluye que “estos delitos no se deben volver a repetir y que urge de medidas severas para enfrentar a todos aquellos que quieran violar los derechos humanos. Se necesita de un ordenamiento judicial que castigue rigurosamente los delitos de crimen de lesa humanidad”, finalizó.
Por lo tanto, este día de seminario deja muchas expectativas para seguir avanzando y luchando por la permanencia de la memoria y la justicia para todos los afectados.
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JAIME ESPEJO ARCE