Tiene acceso directo a Ollanta Humala, por encima del titular del sector, Wilfredo Pedraza. Todo indica que desempeña un rol vital en la coordinación de los grupos de élite de la Policía y las Fuerzas Armadas que luchan en el VRAE. La operación que abatió a los senderistas “Alipio” y “Gabriel” ha revelado que Iván Vega Loncharich no solo es el hombre fuerte del Ministerio del Interior, sino que tendría influencia sobre los servicios de inteligencia nacionales.
Detrás de todas las coordinaciones de los operativos de la Brigada Lobo –que la semana pasada logró dar muerte a los terroristas “Gabriel” y “Alipio”− se encuentra un hombre que ha preferido pasar desa-percibido. Se trata del viceministro de Orden Interno, Iván Vega Loncharich. En los últimos meses se ha convertido en el gran articulador de los grupos de élite que trabajan en el VRAE bajo distintos liderazgos.
Ingresó al ministerio en diciembre del 2011. En los pasillos de esta institución lo han bautizado como “Rambito”, debido a su gusto por vestirse con uniforme de comando a la menor ocasión. Una tendencia que debe tener su origen en los años que fue cadete de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). Por razones que se desconocen no culminó sus estudios, pero el gusto por las armas, los uniformes y el manejo militar, parece que perdura a pesar de los años.
Algunos de sus colaboradores, maliciosamente, indican que esta predilección por la ropa de comando, les recuerda a Agustín Mantilla, ministro del Interior del primer régimen aprista, quien tenía la misma costumbre.
Pero más allá de estos gustos, Vega comienza a tomar notoriedad por su manejo de la inteligencia operativa en el VRAE. Justamente, apareció vestido con uniforme camuflado durante la liberación de los trabajadores de Camisea en Echarate y, posteriormente, durante el polémico rescate de los pioneritos entregados a Nadine Heredia en el 2012.
Vega ha sobrevivido a las gestiones de Daniel Lozada y Wilver Calle como titulares de la cartera del Interior, y continúa firme pese a los cuestionamientos que se le han hecho al actual ministro Wilfredo Pedraza en los últimos días. Según fuentes de Palacio, Vega Loncharich tiene acceso directo a la pareja presidencial. Ha sido varias veces voceado como posible ministro, pero ha preferido mantenerse en un cargo en el que no se desgaste políticamente, por el momento. Esa es otra similitud que tiene con Mantilla, según el analista Carlos Basombrío.
“A Pedraza se le impidió cambiar a Vega. Su relación es fuerte (con la pareja presidencial), viene de la época en la que se instalaron las comisiones de transferencia (del gobierno de García al de Humala). Le pidieron un documento y a Nadine le pareció bueno”, relata Basombrío.
El jueves pasado, Pedraza señaló ante el Congreso que Vega es el encargado, por razones de función, de conducir los aspectos vinculados con el terrorismo, narcotráfico, crimen organizado, entre otras cosas. Pero no señaló que Vega también tiene el encargo político del propio Humala de realizar las coordinaciones entre los grupos de las fuerzas policiales y militares que operan en el VRAE y que ahora son parte de la Brigada Especial de Inteligencia “Lobo”. Humala se mantiene informado mediante Vega.
Agente de la Brigada Lobo dando seguridad durante incautación.
El éxito del viceministro de Orden Interno se basa en que ha sabido articular un grupo que formalmente no existe en ningún organigrama, pero que ha cosechado buenos resultados. Incluso los documentos de power point que se elaboran para presentar las últimas operaciones no se coloca el nombre de Brigada Lobo. Lo único que se ve son los logos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional del Perú y del Ministerio Público.
Pero en la práctica, el grupo sí funciona, y está compuesto por la Dircote, la Dirandro –con un papel preponderante de la Divinesp-, la Fuerza Especial Conjunta (FEC) del Comando Conjunto de las FFAA y el Comando Especial VRAE. Según fuentes de la Dircote, las labores de la Brigada Lobo están divididas en tres etapas: inteligencia, operación e investigación de las evidencias incautadas. Las Fuerzas Armadas participan en las dos primeras, y la policía en las tres etapas. El Ministerio Público también interviene.
Según el especialista Pedro Yaranga, la Brigada Lobo consta de unos sesenta hombres de todas las instituciones y tienen un espacio para descansar en Chorrillos. El primer operativo que tuvieron en conjunto fue en julio del 2012, en San Martín de Pangoa. En todos los operativos han tenido ayuda de exsenderistas que se volvieron colaboradores.
La mano de Vega Loncharich se ha dejado ver en el fino hilado, que lo convierte en uno de los hombres más importantes del Ministerio de Interior y un articulador con los servicios de inteligencia nacional. Por ahora, no se le conocen otros encargos presidenciales, pero los rumores sobre su poder e influencia empiezan a dar de que hablar y a captar la atención de analistas y medios de comunicación.
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JAIME ESPEJO ARCE