Por: Augusto Alvarez Rodrich
El arresto domiciliario para Alberto Fujimori es inviable.
Luego de que se rechazara su indulto, hace solo tres meses, Alberto Fujimori y su defensa parecen haber tirado la toalla de los sentidos común, jurídico y político.
Es lo que parece si se presta atención a la iniciativa planteada por su nuevo abogado William Paco Castillo Dávila para que su condena la cumpla bajo arresto domiciliario.
Es una iniciativa tan disparatada que ni los fujimoristas ni sus abogados vinculados, como Rolando Souza, han podido respaldar.
La propuesta es, para empezar, ilegal, pues no está incorporada en el ordenamiento jurídico nacional la figura del arresto domiciliario para quien ya ha recibido una condena. Solo es para los procesados.
Y si la propuesta de la nueva defensa de Fujimori no es jurídicamente viable, tampoco lo es desde el punto de vista político. Para que el inquilino de la Diroes pudiera dejar esa ‘casa-prisión’, tendría que promulgarse una ley que también permita el arresto domiciliario para un condenado por la justicia.
Eso, sin embargo, requeriría una mayoría en el Congreso que vote en esa dirección. A los votos fujimoristas podrían sumarse los del Apra, agrupación que ha tratado de ‘ganarse alguito’ con un respaldo público que saben que no se va a concretar, como el que acaba de lanzar Javier Velásquez Quesquén al decir que “debería analizarse el arresto domiciliario a favor de Fujimori”.
Además de que nunca se ve bien legislar con nombre propio, si el proyecto se llegara a aprobar en el Congreso, el presidente Ollanta Humala –quien acaba de rechazar el indulto para Fujimori– podría observarlo. E, incluso, si el Congreso insistiera, se necesitaría que un juez la aplique para el caso de Fujimori.
Como una foto, un abogado también puede decir más que mil palabras en el sentido de que su elección y las propuestas que esta hace hablan mucho de la situación en la que se encuentra el defendido así como de las perspectivas de su caso.
En ese sentido, si se presta atención a sus iniciativas jurídicas, pues la defensa de Fujimori parece haber tirado la toalla, mientras que el propio abogado Castillo Dávila trae una mochila tan pesada que desprestigia aún más sus propuestas ilegales. Él fue vocal de la Corte de Lima hasta el 2011 cuando fue destituido por el Consejo Nacional de la Magistratura por corrupto al pedirle dinero a una procesada por estafa.
El camino de Alberto Fujimori para salir de la Diroes se cerró cuando el presidente Ollanta Humala rechazó su pedido de indulto. La única posibilidad que le queda es que su hija Keiko gane la elección del 2016, algo que siempre ha sido el motivo principal de su candidatura.
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JAIME ESPEJO ARCE