Por: Luis Felipe Zegarra
En los últimos días apareció una nueva encuesta que sugiere que la mayoría de los peruanos apoya el indulto a Alberto Fujimori. Este apoyo mayoritario está siendo utilizado por algunos como un argumento a favor del indulto. Después de todo, señalan, si vivimos en democracia, ¿no deberíamos hacerle caso a la mayoría?
Como ya hemos explicado en esta columna, uno de los elementos básicos de toda política liberal es la de proteger el derecho a la propiedad de las personas, sobre todo el derecho de propiedad de las personas sobre sus propios cuerpos. Una democracia liberal debe por lo tanto penalizar severamente a quienes arremeten contra la vida de las personas. Sería contraproducente entonces en una democracia liberal otorgar el indulto a aquellos que cometen delitos de lesa humanidad, excepto, claro está, en el caso en el que el sentenciado tenga poco tiempo de vida.
¿Pero puede un liberal tomar posición contra el indulto y, por lo tanto, a favor del castigo que deben recibir quienes cometen delitos de lesa humanidad, cuando el indulto parece ser apoyado por la mayoría? Aquí sostenemos que sí. Después de todo, para un liberal el apoyo mayoritario a una medida no hace a la medida necesariamente buena.
Los liberales consideramos que la elección de autoridades por mayoría reduce la probabilidad de gobiernos totalitarios; pero no creemos que la “regla de la mayoría” garantice siempre políticas deseables. De hecho, si revisamos la historia de la humanidad encontraremos incontables casos en los cuales la mayoría de la población ha apoyado políticas nefastas. Corrupción, recortes a la libertad de expresión, y hasta atentados contra la integridad física pueden recibir el apoyo de la mayoría, cuando esta no tiene sólidos principios liberales. La formulación de leyes en función de los deseos temporales de la mayoría y no de principios de largo plazo puede, pues, llevar a resultados lamentables.
Así, Friedrich Hayek, importante economista y filósofo liberal del siglo XX, fue bastante crítico del argumento de que si la mayoría apoya determinada medida entonces esa medida es deseable. En “The Constitution of Liberty”, Hayek sostiene que la regla de la mayoría, cuando esta no se encuentra acompañada de sólidos principios liberales por parte de la población, puede llevar a determinados regímenes a seguir políticas nefastas. Lamentablemente, para algunos la regla de la mayoría no tiene límites. “El ideal de democracia, originalmente destinado a prevenir todo poder arbitrario, entonces se convierte en una justificación para un nuevo poder arbitrario”, una justificación para la “tiranía de las mayorías”. Por ello, para el liberal es importante que “los poderes de cualquier mayoría temporal sean limitados por principios de largo plazo”.
Las críticas que esbozamos a la regla de la mayoría no deben ser utilizadas como una justificación para defender a las dictaduras. Al restringir varias libertades individuales, las dictaduras no podrán nunca ser defendidas por un liberal. Sin embargo, es importante que reconozcamos que cuando la población carece de principios liberales sólidos, entonces la regla de la mayoría no garantiza resultados deseables. Afortunadamente, la democracia peruana no es plebiscitaria, y por lo tanto las decisiones del gobierno no dependen de los deseos temporales de la mayoría, sino del marco legal. En el caso del indulto humanitario, como en otros casos, las normas legales, y no el apoyo temporal de la mayoría a favor del indulto, son las que deben tener relevancia para la decisión final. ¿Optará el Presidente Humala por satisfacer el deseo temporal de la mayoría? ¿O primará su respeto por los principios liberales que deben ser la base de nuestra democracia?.
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JAIME ESPEJO ARCE