Al menos tres narcoterroristas de Sendero Luminoso cayeron abatidos durante el ataque a la comisaría de San José de Secce, en la medianoche del sábado, lo que obligó a los sediciosos a replegarse y renunciar a su objetivo de saquear el armamento de los 30 efectivos de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la Policía que se encontraban en el establecimiento policial.
Fuentes de inteligencia de la PNP señalaron que los restos de dientes y una mandíbula y la abundante sangre hallados en el parque ubicado frente del puesto policial, desde donde los senderistas abrieron fuego, son indicios de que los agentes de la Diroes hirieron mortalmente a los subversivos.
Pero, además, las fuerzas de seguridad consiguieron interferir las comunicaciones radiales de los senderistas al poco tiempo de la retirada y pudieron captar que se reportaba que tres narcoterroristas habían resultado muertos y otros estaban seriamente heridos. Todos fueron retirados de la zona de combate y conducidos en una combi con dirección a Chacas, donde fue abandonado el vehículo.
Tiro por la culata
Desde que se iniciaron las operaciones policiales y militares en el VRAE, el crimen organizado no había sufrido un contragolpe tan devastador como en San José de Secce. Esta vez los narcoterroristas no pudieron robarse 30 fusiles Kalashnikov y dos HK, dos lanzagranadas RPG y una potente ametralladora calibre 7.62. Este material bélico era la meta de los seguidores de Víctor Quispe Palomino, camarada “José”.
Los efectivos de la Diroes, al mando del capitán Reynaldo Gómez Meza, pudieron poner en fuga a los narcoterroristas no obstante las condiciones adversas en las que cumplían su misión.
Hasta cuatro fuentes policiales, tanto de San José de Secce, como del Frente Policial del VRAE y de la PNP en Lima, confirmaron que la dotación de la Diroes no contaba con un equipo de radiocomunicaciones. Los efectivos solo están provistos de teléfonos celulares corporativos “Claro” de cuatro dígitos, pero no pudieron pedir ayuda inmediata porque deben cruzar la calle al costado de la posta médica para poder conseguir una buena señal. Desde la base policial es imposible conseguir enlazarse con el exterior.
Justamente en la posta de salud había un grupo de terroristas disparando. Sin embargo, los agentes de la Diroes consiguieron doblegar el fuego de los sediciosos.
Las dificultades de la comunicación hicieron tardar la llegada de los refuerzos de la Policía Nacional y el apoyo del Ejército.
“Resista, camarada”
Peritos de Criminalística hallaron restos de sangre no solo en la plaza de San José de Secce. También encontraron restos dentro de las instalaciones del colegio José Santos Figueroa.
Igualmente se rastreó una comunicación radiofónica después del ataque en la que un terrorista le decía a su compañero: “¡Resista, camarada, resista!”. Inteligencia policial considera que se trataba de un cabecilla terrorista que informaba de las bajas que le había ocasionado la Policía o de un subversivo que había encabezado el operativo y había resultado malherido.
Los 30 efectivos de la Diroes recién había relevado a sus compañeros hacía 28 días, de modo que se encontraban en óptimas condiciones físicas.
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JAIME ESPEJO ARCE