lunes, 3 de junio de 2013

Las ideas se exponen, los cargos se imponen

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Por Gustavo Gorriti.-
Si la serie “Juego de Tronos” electriza cada domingo a los televidentes, en el ex CAEM –hoy CAEN– el juego de sillas de un conflicto de jefaturas provoca clandestinos suspensos y revela una sorprendente correlación de fuerzas en el sector Defensa.
El argumento del juego de sillas en el CAEN se mueve entre el drama y la farsa, pero en el proceso resulta profundamente revelador.
El relato, les prometo, es entretenido. Sospecho, eso sí, que el fundador del CAEM, el general José del Carmen Marín, debe estar rabiando en el más allá pero sin poder apartar la atención de la historia que ahora les empiezo a contar.

¿Dónde está el director?
Cuando uno llega al Centro de Altos Estudios Nacionales  (CAEN), el lema de la institución precedente, el histórico Centro de Altos Estudios Militares, se impone a la vista. “Las ideas se exponen, no se imponen”, está escrito en letras monumentales en el frente del bello edificio.
Muchas bromas se han hecho sobre ese lema (la más frecuente de las cuales es: “las ideas se exponen, no se imponen ¡carajo!”), y hay libros importantes sobre el papel del CAEM en la historia reciente del Perú [entre los cuales los de Víctor Villanueva: “El CAEM y la revolución de la Fuerza Armada” (1973); y el de Jorge Rodríguez Beruff, “Los militares y el poder: un ensayo sobre la doctrina militar en el Perú: 1948-1968” (1983)].
El papel del CAEM en la historia peruana durante la última parte del siglo XX, fue muy importante. Aunque su contribución en favor de la democracia no haya sido precisamente positiva, lo cierto es que, inspirado en el modelo francés, buscó promover una sólida formación intelectual entre los militares y la minoría civil que pasaron por sus cursos.
Fue además un paso virtualmente obligado para ascender a la clase de general o de almirante en la Fuerza Armada. Había alternativas, pero esa era la vía principal.
Desde la última parte de los 90, el CAEM ingresó a una reorganización cuyo resultado más visible fue el salto de una letra en sus siglas, de CAEM a CAEN (Centro de Altos Estudios Nacionales). La institución, sin embargo, funciona en el mismo edificio, con las mismas losetas en los pasadizos, los mismos muebles y los mismos empleados.
El jueves 23 Antonio Tello, de IDL-R, y este periodista llegamos al CAEN y preguntamos en la sala de ingreso por el Director de la institución.
Un empleado civil nos pidió sentarnos en la sala de espera mientras iba a anunciarnos, y desapareció. No lo volvimos a ver.
Al rato, después de llamarlo por celular, baja el director y nos lleva a su oficina, en el segundo piso. Pero en las escaleras se acerca a nosotros Roberto Vizcardo, secretario general del CAEN y nos pregunta a quién buscamos. Al director del CAEN, decimos, y ya lo hemos encontrado.
Roberto Vizcardo, secretario general del CAEN. (Foto: IDL-Reporteros).
Roberto Vizcardo, secretario general del CAEN. (Foto: IDL-Reporteros).
–El señor ha sido cesado –dice Vizcardo, señalando con el pulgar a Luis Piscoya Hermoza–. Con quien tienen que hablar es con el doctor Alex Robertson.
–¡No es cierto! – retruca Piscoya, sin mirar a Vizcardo y con el gesto de quien acaba de saborear comida malograda.
Le digo a Vizcardo que Piscoya aparece como director del CAEN en la página digital del ministerio de Defensa, sin ninguna indicación de que haya sido cesado.
–Es un error que falta corregir –repone.
Entrevistaré a Robertson, le respondo a Vizcardo, apenas termine de hacerlo con Piscoya.
Vizcardo se va y subimos a la oficina del director.
Hay un silencio que no es de aula sino de convento asustado en el CAEN, que se proyecta en tránsitos rápidos y miradas preocupadas en los pocos rostros que asoman desde las oficinas.
La oficina del director gobierna la vista sobre los dos pisos que rodean el amplio patio interno del CAEN. Es un bello local que vio tiempos mejores.
Piscoya se sienta en el escritorio desde el que despacha en la dirección. Ahí figura el nombre de Lizzandra Segovia Figueroa, y no el suyo.
Desde que se produjo el golpe de mano en el CAEN, el grupo que ‘cesó’ a Piscoya le puso llave a la oficina de este. Piscoya ha podido reconquistar la oficina de su secretaria, desde la que despacha sin prejuicios. Su reconquista de espacios incluye el baño y la pequeña cocina, una sala de reuniones pequeña y la  gran sala de acuerdos, con los retratos de todos los directores que tuvo la institución, cuando terminaba en N y cuando terminaba en M.
Luis Piscoya, director general del CAEN. (Foto: IDL-Reporteros).
Luis Piscoya, director general del CAEN. (Foto: IDL-Reporteros).
Al rato entra Vizcardo en la sala e indica que Robertson no considera conveniente dar una entrevista ahora, dadas las circunstancias. Digo que lo iré a buscar de todos modos y sigo entrevistando a Piscoya sobre la guerra entre dos directores de una misma institución, cada uno de los cuales se proclama auténtico y usurpador al otro.

¿Y dónde está el ministerio de Defensa?
¿Cómo es posible que la que debe ser la principal institución académica  en el área de Defensa tenga ahora esa realidad bananera, con dos directores enfrentados entre sí, escaleras de por medio? Arriba, el director Luis Piscoya Hermoza, sentado en el escritorio de su secretaria ante la puerta de su oficina cerrada con llave. Abajo, en el primer piso, el que hasta marzo fuera el director académico, Alex Robertson, se proclama como director encargado, y parece controlar al personal. De hecho, al salir ubicamos a Lizzandra Segovia, la secretaria de Piscoya, en el primer piso. Ha recibido órdenes de no subir, y parece ansiosa cuando le preguntamos sobre el conflicto.“Voy a pasar rancho”, dice, castrense pero inquieta con la premura del hambre o la del miedo.
El CAEN no es autónomo. Depende del ministerio de Defensa, a través del viceministerio de Políticas para la Defensa, a cargo de su actual viceministro, el contralmirante AP (r) Mario Sánchez Debernardi. Debajo de este, el CAEN depende más específicamente de la Dirección General de Educación y Doctrina, que dirige el general EP José Antonio Galindo Heredia.
Viceministro de Políticas de la Defensa, Mario Sánchez de Bernardi. (Foto: Andina).
Viceministro de Políticas de la Defensa, Mario Sánchez de Bernardi. (Foto: Andina).
Si uno entra a la página web del ministerio verá que en el directorio de los “principales funcionarios”, quien figura como director del CAEN es Luis Piscoya Hermoza (ver).
De otro lado, si se ingresa a la página web del CAEN, se verá que Alex Enrique Robertson Cáceres aparece como “Director General (e) del CAEN” y como “Director Académico” también.
Llamé al ministro de Defensa, Pedro Cateriano, para preguntarle cómo explicaba ese CAEN feudalizado. “Le he encargado al viceministro de  Política para la Defensa que solucione ese asunto”, me dijo Cateriano.
Puedo equivocarme, pero me dio la impresión de que Cateriano no quería meterse en el problema, cosa rara en un ministro con reputación de persona decidida. Así que llamé a Sánchez Debernardi, un infante de Marina quien antes de ser pasado al retiro desarrolló una amplia experiencia en misiones internacionales.

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JAIME ESPEJO ARCE