Hoy se cumplen 14 años del levantamiento fallido de Locumba
en Tacna; encabezado por el Cmdte. Ollanta Humala y su hermano Antauro
contra el régimen dictatorial de Alberto Fujimori.
Al momento de producirse el levantamiento, ya habían acontecido
varios hechos que habían herido de muerte al régimen. La revelación del video
Kouri-Montesinos había sido una hecatombe que no habían podido soportar y la
dictadura se caía a pedazos.
Según se cuenta Ollanta Humala había comenzado a concientizar a oficiales y suboficiales
inmediatamente después de que salió el vladivideo Kouri-Montesinos para
propiciar un levantamiento contra la dictadura. La respuesta del personal no
fue positiva, pero le daban su asentimiento, por compromiso.
El sábado 28 de octubre Ollanta había dejado organizados los equipos para
el aprestamiento militar, les asignó las movilidades y los citó para la
madrugada del 29 de octubre. El mismo sábado, a partir de las once de la noche,
Ollanta Humala, en su jeep de comando, salió hasta en diez oportunidades fuera
del campamento, inquieto. ¿Qué pasaba? Ocurría que los oficiales y suboficiales
convocados no llegaban y Ollanta inquieto salía a aguardarlos en el paradero.
Finalmente, no concurrieron.
El conspirador se sintió frustrado y no le quedó más remedio que
improvisar dos patrullas de 25 hombres, para las que dispuso dos camiones
portatropas MAM, piloteados por dos choferes inexpertos. Se dirigieron a Toquepala, y ni
bien habían avanzado 45 minutos ocurrió que los dos vehículos MAM recalentaron
motores debido a que los inexpertos choferes no los habían sabido manipular.
Aquel domingo 29 de octubre del 2000, el entonces jefe de la Sexta
División Blindada general Carlos Bardales Angulo al enterarse del levantamiento,
fue a darle el alcance en las alturas de la serranía de Toquepala en Tacna.
Bardales, vestido con buzo, tomó la camioneta blanca del comando y se
movilizó acompañado por el inspector coronel Chaparro Beraún, quien vestía
uniforme de campaña y llevaba pistola al cinto.
Al llegar al lugar se encontró con el comandante Ollanta Humala y su
personal desembarcado, pero en posición de combate, apuntándoles. Se
intercambiaron frases conminatorias y Bardales pidió al comandante Humala que
desistiera de su actitud. El rebelde se resistió y demandó que se le cambiaran
los vehículos con desperfectos por otros operativos. En esas circunstancias
hizo su aparición Antauro Humala Tasso, que se transportada en un auto
alquilado. Bajó y se dirigió directamente adonde estaban el coronel Chaparro y
el general Bardales, al parecer con la intención de participar en el diálogo.
Pero, de repente, sorprendió al coronel Chaparro y lo despojó de la pistola que
este llevaba al cinto. Antauro cogió el arma y le apuntó a Bardales, en la
sien. Antauro tomó de ese modo el control de la situación y por fin consiguió
que le entregaran dos camiones de recambio.
Ollanta hizo subir en uno de los autos al
Gral. Bardales y la expedición continuó su trayecto hacia el campamento minero
de Toquepala propiedad de la minera Southern Perú Copper Corporation, que fue
tomado en la mañana siguiente; allí Ollanta permaneció siete horas. En el
ínterin exigió víveres para sus hombres y tres vehículos con sus respectivos choferes,
quienes se convirtieron en sus rehenes durante algunas horas. Desde allí llamó
también por teléfono a Radio Programas del Perú, para leer una
proclama donde exigía la renuncia del Presidente Alberto
Fujimori.
Al tercer día, Ollanta
Humala salió del campamento con apenas 3 reservistas y pasó a la
clandestinidad, su hermano Antauro logró que algunos reservistas y comuneros se
unieran a la protesta, recorriendo un sector de las serranías de Moquegua en
los Andes peruanos.
El 17 de
noviembre, Fujimori huyó del país, derrumbándose el régimen
fujimorista e instaurándose el Gobierno transitorio de Valentín Paniagua. Ollanta sin embargo, se
mantuvo rebelde pero al poco tiempo solicitó una entrevista al presidente
Paniagua para entregarse.
Se dictaminó la apertura del proceso contra los hermanos
Humala, por rebelión, sedición e insulto al superior, en el que fue incluido el
suboficial Amílcar Gómez. El abogado Javier Valle Riestra solicitó
una amnistía para los Humala alegando que éstos habían ejercido el «derecho a
insurrección contra un gobierno ilegítimo y totalitario». El 21 de diciembre del
2000, el Congreso les
concedió la amnistía solicitada, que se extendió al personal militar y civil
que participó en la insurrección. Ollanta fue reincorporado en el ejército,
mientras Antauro encabezaría otra asonada, esta vez en Andahuaylas, el llamado Andahuaylazo, a principios del año 2005, ya bajo el gobierno de Alejandro Toledo por el cual se encuentra hasta el día de hoy purgando
prisión.
Fuente: La verdad no contada sobre la rebelión del comandate Humala. Edmundo Cruz
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JAIME ESPEJO ARCE