lunes, 9 de enero de 2012

LA SOCIEDAD CIVIL Y LOS PICAPIEDRAS


El Comercio de Marta Meier (candidata al Congreso en el 2000 por la lista de Fujimori y Montesinos), sacó a toda página la información de los recursos que habían recibido cinco organizaciones de la sociedad civil (OSC) de la Cooperación Internacional. 

Parecía como si se hubiesen descubierto más cuentas de fujimoristas con plata robada al Estado. Por supuesto, obvió a sus ONGs amigas, las que reciben tanto o más fondos. Y volvió a salir el sonsonete de cómo puede ser que estas ONGs actúen sin transparencia ni fiscalización, esta vez de boca de otro fujimorista, el congresista Aguinaga. (Por si acaso, pertenezco –a mucha honra- a una de las instituciones sentadas en el banquillo de los acusados: el IDL). 

La congresista pena de muerte (Lourdes Alcorta) se queja de que estas mismas OSC enseñen en la Academia de la Magistratura. Pero no le parece mal que lo hagan quienes –tratando de burlar la ley y la verdad- defienden a fujimoristas que mataron, robaron, intervinieron el Poder Judicial, etc. 

Con qué cinismo afirman que no hay transparencia ni fiscalización en la actuación de estas ONG y al mismo tiempo demuestran –con ese tipo de publicaciones– que tienen la información de sus ingresos, de las agencias que las apoyan y de las actividades que realizan.

¿Intolerancia? Mucho más. Si lo que quieren es borrarnos del mapa para tener cancha libre en la imposición de sus poderosos y no siempre santos intereses. Pero todo esto tiene su lado cómico: los que están en campaña permanente contra las OSC creen que éstas son una invención nacional que, por lo mismo, de ellos depende su desaparición.

En la escuelita para congresistas deberían enseñarles el ABC del mundo moderno. La Asamblea General de la Naciones Unidas, en marzo de 1999, aprobó una declaración en la que se dice: “los estados tienen “la o-bli-ga-ción” de proteger el derecho de toda persona a “formar organizaciones no gubernamentales...”; además la de comunicarse con las organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales”

La misma ONU, en su Asamblea general de setiembre del 2000, aprobó la Declaración del Milenio, y uno de sus supuestos fue: “Establecer sólidas formas de colaboración con el sector privado y con las organizaciones de la sociedad civil, en pro del desarrollo y de la erradicación de la pobreza.”

En el caso de la Unión Europea, hay innumerables decisiones del mismo tipo, basadas en el Parlamento Europeo: “apoyo estructural para organizaciones de la sociedad civil”; “contribuir al surgimiento de una sociedad civil europea coherente y activa”; es necesario (que) las autoridades de la Unión y de los Estados miembros consulten con las organizaciones de la sociedad civil”

Vengamos al barrio. La OEA cree en la “la importancia de las organizaciones de la sociedad civil… para la democracia de los Estados miembros y las actividades de la OEA”. Asimismo, recomienda “brindar mayores oportunidades de espacios en los que las organizaciones de la sociedad civil puedan participar de (sus) actividades”. (Resolución 1915, XXXIII-O/03)

“La OEA mantendrá consultas y cooperación continua con los Estados Miembros, tomando en cuenta los aportes de organizaciones de la sociedad civil…” (Carta Democrática Interamericana), y ha creado, incluso, un Manual para la Participación de la Sociedad Civil.

Más, y con el voto a favor del Perú. Declaración de París: “Los países socios se comprometen a dirigir la ayuda… fomentando la participación de la sociedad civil…” (Marzo de 2005). Cuarto Foro de Alto Nivel en Corea: “Las organizaciones de la sociedad civil juegan un rol fundamental en permitir que las personas reclamen sus derechos, en promover enfoques basados en derechos, en formar las políticas y asociaciones y en monitorear la implementación…”

En la misma dirección hay también decenas de instrumentos que vienen de Estados Unidos, Canadá y Europa. Para la mayoría de los Estados, firmar es generalmente sinónimo de cumplimiento y no una mera formalidad, contra la que, encima, se actúa groseramente. Los ingresos de muchas OSC del Perú vienen, en gran parte, por haber ganado concursos que se convocan a nivel mundial, en base a las disposiciones citadas. ¿Criticable?

Duda: 1) Los antisociedad civil se creen muy modernos, cuando en realidad están en la Edad de Piedra. 2) Son modernos solo cuando les conviene.

 (Ernesto De La Jara - Diario 16 / Apoyo de M.J. Palacios).

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JAIME ESPEJO ARCE