Algunos tips para liberaloides criollos

Economía de libre mercado: no, no es la posibilidad de ir a Wong o Vivanda cuando uno quiera ir, sin restricciones. Tampoco de acudir al Mercado de Productores de San Isidro sin impedimentos. Es instaurar un sistema económico merced al cual las decisiones económicas se basen en las leyes de la oferta y la demanda y no en los favores del Estado.

Democracia: no, no es una nueva discoteca inaugurada este verano en Asia. Quizás crean que es así porque sienten que la democracia vale más para algunos que para otros, pero piña, cuñadito, no va por allí la cosa. La democracia no solo son las elecciones regulares sino la vigencia del Estado de Derecho, donde las leyes se cumplen igual para todos.

Friedrich Hayek: no, no es el abuelo de Salma Hayek. Ni su pariente cercano. Es uno de los exponentes más lúcidos de la escuela austríaca (¡sabrán, imaginamos, que, dentro del pensamiento económico liberal, hay dos grandes escuelas, la mencionada, surgida en Viena, y la de Chicago!). Sería bueno que lo lean con dedicación.

Robert Nozick: no, no es una marca de jabón germicida. Es uno de los filósofos libertarios más influyentes. Les recomendaríamos leer ‘Anarquía, Estado y Utopía’, pero, para ser sinceros, mejor no lo hagan, que con seguridad no pasarán de la segunda página. Sigan con Coelho nomás.

Separación de poderes: no, no es algo parecido a la separación de bienes que algunas parejas de los sectores altos suelen disponer cuando hay mucha diferencia patrimonial y de arranque desconfían de las promesas de amor de su respectivo cónyuge. No es eso. Es la condición básica de la democracia, que junto a un poder Ejecutivo, haya uno Legislativo y, sobre todo, una instancia judicial absolutamente independiente de los deseos del gobernante. Para la lógica yuppie este esquema es, claro, un estorbo, pero si quieres autodenominarte liberal, hermanito, tendrás que tragarte el sapo, caballero nomás.

Libre comercio: no, no es la libertad de seguir comprando el decano de la prensa nacional. Supone eliminar las fronteras arancelarias de todos los productos por igual, sin proteccionismos para nadie. En este punto, por cierto, casi todos están de acuerdo, pero a ver, queridos liberaloides, si se percatan que defender la rebaja de los aranceles no basta para calificar como liberal.

Douglass North: no, no es pariente del militar implicado en el caso Irangates. Es el propulsor de la vinculación entre el fortalecimiento de las instituciones y el desarrollo histórico del mercado. A ver si entienden que, al igual que el punto anterior, no basta, pues, con mantener la inflación baja y el déficit fiscal bajo control para que nuestros criollitos del presente se pretendan liberales.

DDHH: no, no son las siglas de un nuevo banco de inversión. Son los derechos humanos. Son la piedra de base de la Modernidad. Y todos somos humanos, ¡eh! (¡OJO con este requisito!) (Diario 16- Juan Carlos Tafur)