El presidente Alan García se siente feliz. Lo ha dicho. Su principal orgullo (también lo ha dicho) es haber llevado la nave del Gobierno, con aparente éxito, “durante los 15 meses de la peor tempestad económica de los últimos 90 años”. Es más, con este ánimo de capitán de navío que se ha apoderado de él, ha prometido que el 2010 será el año de la consolidación económica y social.
Claro que cuando se embarque en esta nueva travesía, probablemente no lo acompañen todos los “grumetes’ que tiene en el gabinete. Y esto, porque esta semana se han acentuado las versiones sobre la posible salida de algunos ministros.
Todos estos datos resultan inesperados; primero, porque el mandatario no acostumbra a hacer cambios a fin de año o en Fiestas Patrias y, segundo, porque se trataría de ministros que han pedido su relevo, y no de salidas motivadas por la coyuntura.
El primero en la lista de ministros que habría pedido su “baja’ es el canciller José Antonio García Belaunde, uno de los pocos que permanece en el cargo desde el inicio del segundo gobierno aprista. García Belaunde habría expresado cierto cansancio en algunos Consejos de Ministros, y su probable traslado a una embajada –se habla de nuestra legación en Francia– no debería ser descartado.
José Antonio Chang, el titular de Educación, habría comentado que quiere retomar sus actividades privadas, sobre todo las vinculadas a la Universidad Particular San Martín de Porres. Igualmente, el ministro de Defensa, Rafael Rey, estaría dispuesto a dejar la cartera, aunque por motivos personales.
LO QUE QUIERE EL APRA. En este contexto, la influencia del Apra también empieza a sentirse. Fuentes de este partido afirman que también se ha discutido la probable salida del ministro de Economía, Luis Carranza, quien pasaría a ocupar un importante cargo en un organismo internacional. Ante esto –dicen en el Apra– Enrique Cornejo, actual ministro de Transportes, tomaría las riendas del MEF. Claro que esta última afirmación, más que una decisión palaciega, parece parte del juego interno del aprismo y de su lucha por mantener su cuota en el gabinete.
Y mientras el oficialismo busca un nuevo puesto para Cornejo, otro aprista no la pasa tan bien. Se trata del ministro de Justicia, Aurelio Pastor, quien en los últimos días habría comentado en el Congreso su temor a ser removido del cargo. Fuentes de Perú.21 sostienen que los temores de Pastor tienen asidero, ya que el propio presidente García estaría pensando en colocar en el Ministerio de Justicia al secretario de la Presidencia, Luis Nava.
De hecho, nuestros informantes afirman que el presidente habría “prometido” a Nava que de todas maneras le daría una cartera en el 2010. “Si no es Justicia, podría ser Trabajo”, afirman nuestras fuentes.
DESAPROBADO. El caso del ministro del Interior, Octavio Salazar, es una cuestión aparte. En el mismo aprismo existe la sensación de que debería ser el primero en salir del gabinete, debido a sus constantes yerros y a la alarmante situación de la seguridad ciudadana, pero todas las fuentes consultadas concluyen en decir que su relevo se haría recién los primeros meses del 2010. Para ser exactos, en abril, junto a otros cambios. El nombre que suena con más fuerza para reemplazarlo es el del director general de la policía, Miguel Hidalgo.
EN PALACIO. Contra todos los pronósticos, el premier Javier Velásquez Quesquén es, en este momento, el ministro más cercano a Palacio, y el que tendría el mayor respaldo de Alan García. De hecho, el presidente le habría pedido que traslade su despacho de Miraflores hacia el ala este del Palacio de Gobierno (que da al ingreso ubicado en la calle Pescadería).
La mudanza se daría en enero, y por el momento no se vislumbra la salida del premier. De hecho, se dice que permanecería en el cargo hasta julio, cuando volvería al Congreso para reforzar la alicaída bancada oficialista, debilitada por la performance de Luis Alva Castro.(PERU 21)