La decisión del gobierno de derogar los legislativos de la selva, que tanto dolor y sangre han costado al país es una muy buena noticia para todos los peruanos amantes de la paz.
Pocas veces se ha visto que el control de una movilización social conjugue tantos actos de torpeza simultáneos, no sólo de las fuerzas del orden, servicios de inteligencia y clase política; sino incluso por nuestro cuerpo diplomático, que no dudaron en culpar a países vecinos (como Bolivia y Venezuela) de nuestros problemas internos.
Ello, sin duda ha sido el motivo principal para que el gobierno tenga que aceptar que había ingresado a un callejón sin salida, que se oscurecía más y más conforme se acentuaba la obstinación de no dar marcha atrás.
Ningún peruano sensato podrá decir que la decisión de derogar las leyes amazónicas sea un retroceso para el país; ningún aprista inteligente deberá tener un sentimiento de derrota, pues acá quien gana es la paz y la democracia.
Lamentablemente los políticos no caminan al mismo ritmo que la realidad social; y no entienden que al común de la gente, poco le importa quién gana- quien pierde, ya que lo único que quiere es tranquilidad y paz.
Sin embargo, ya se escuchan voces que dicen:
“Ollanta debe estar contento”
“(…) han dejado en Offside al Congreso”
Honestamente, alguien sensato (por Dios) cree que al pueblo le importa quién gano o quien perdió. Creen sinceramente que al pueblo le interesa si los apristas quedan bien o mal parados; creen que alguien esté interesado en pensar sobre la vergüenza que significaría retroceder luego de tanto insulto… (O muertos).
No es así. Lo que le interesa al país es que impere la paz y la tranquilidad social. No importa si para ello apristas, fujimoristas, pepecistas o humalistas tengan que autocriticarse y retroceder; al pueblo no le interesa “lo mal que se verían si dan marcha atrás”; la vergüenza que sientan ellos, no la siente el pueblo. No se equivoquen el PERU sólo quiere PAZ.
http://fiscalizacionperu.blogspot.com/
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JAIME ESPEJO ARCE