Pasó lo que tenía que pasar. Hoy Bagua Chica se tiñó de sangre. Son 36 los muertos producto de un terrible enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los nativos amazónicos que reclaman la anulación de leyes que –según ellos- dañarían el ecosistema de esta inmensa región de nuestro país.
Fueron 11 policías y 25 nativos, y las noticias llegadas desde la zona señalan que habría hasta este momento 38 policías secuestrados, un gerente y un ingeniero en la llamada Estación Nº 06 de Petroperú, ubicada en el distrito de Imaza.
CAUSA - EFECTO
Pero, ¿Qué ha llevado a nuestro país a que se produzca una masacre de tal magnitud?
Hoy escuchaba al Presidente de la República declarar en los medios que “muchos indígenas no saben siquiera de que trata el Decreto Legislativo que pretenden derogar, y ello es aprovechado por dirigentes inescrupulosos que se aprovecha de ellos, pues cuando se les ha explicado a alguno de ellos han comprendido lo beneficiosa que puede para ellos dicha ley…”
Yehude, Antero, Cabanillas, Velásquez Quesquén y demás políticos, repiten hasta el cansancio que los dirigentes amazónicos no quieren el dialogo y sólo buscan fomentar la violencia.
Y creemos que justamente ese es el problema. No se dialogó cuando debía dialogarse: Cuando se gestaba la norma; cuando aún no se había aprobado.
El Decreto Legislativo Nº 1090 “Ley Forestal y de fauna Silvestre” fue elaborado silenciosamente y aprobado sin debate alguno pues ni siquiera pasó por el Congreso de la República. Una vez ello, recién se dijo: La norma ya está aprobada, ahora sólo queda acatarla.
Es más, -una vez aprobada- se dijo que “ellos” pueden discutir y debatirla (pues así es de permisiva la democracia) y si consiguen en algún momento ser gobierno pueden derogarla.
La clase política –casi siempre ciega al sentir de los pueblos- se negó a discutir su inconstitucionalidad, pese a prometer que lo haría. Dilataron y dilataron irresponsablemente su discusión, sin importarles que el caldero estuviera cada vez más cargado –y contribuyendo con ello a cargarlo aún más- pues en la zona, esta conducta fue tomada como una burla a su problema.
Aurelio Pastor –demostrando que es un político nato- ha expresado que “la bancada aprista no tiene ninguna responsabilidad de los hecho lamentables que vienen ocurriendo en la ciudad amazónica de Bagua”. Entonces… ¿Quién diablos la tiene señor congresista?
Estamos convencidos que la causa de esta masacre ha sido la falta de diálogo, Pero, no un dialogo post-ley sino cuando esta se estaba gestando.
Los pueblos amazónicos invocan el derecho a ser consultados sobre sus tierras, contenido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales; y sólo la existencia de esta razón era suficiente para predecir que la aprobación de dicha ley, sin ser consultada con dichos pueblos traería convulsión social; no había que ser vidente ni iluminado para saber ello.
Los pueblos amazónicos han sentido que han pasado por encima de ellos, que no se les ha tomado en cuenta, y sienten amenazado por ello su hábitat, pues están convencidos que sus tierras, su agua, su aire y ellos mismos están amenazados por decisiones tomadas desde Lima por el gobierno central. Es probable que no sea así, pero no se les explicó –a tiempo- lo contrario.
Existen graves responsabilidades por ello. Y los que creemos en la democracia debemos exigir que esta sea sancionada. No es posible que nadie en el gobierno, en los servicios de inteligencia, entre los asesores presidenciales halla medido el efecto social que traería aprobar leyes sin siquiera mirar de reojo a dichos pueblos.
La muerte de humildes policías mandados al sacrificio y de los lugareños así lo exige.
Hoy me llegó un email con esta información. Aquí en Argentina no se habló de esto para nada. Me convenzo más de que si se quiere información importante no hay que buscarla en los grandes medios. Es asqueroso lo que se hace por dinero, por poder.
ResponderEliminarLaura