De lavapies, robaluz, acuchillados y otras yerbas...

Escribe: Jaime Espejo A.

Congresistas mata perros, lava-pies, plancha-camisas, roba-luz, come-pollos, acuchillados, invasores, evasores, son noticia de portada en los medios...

De un tiempo a esta parte, el grado de pauperización en el que se encuentra el Congreso de la República, y en general la política en nuestro país no sólo es notoria a simple vista, sino que resulta hasta vergonzoso para un país que pretende ser uno de los líderes latinoamericanos a mediano plazo.

Escándalos y escandaletes domésticos de los padres de la patria abundan en las rotativas periodísticas diariamente. Existe una gran oferta de hechos bochornosos al escoger, y, lógicamente, el mercado de la información está re-feliz, pues esto vende, y vende bien.

Congresistas mata perros, lava-pies, plancha-camisas, roba-luz, come-pollos, acuchillados, invasores, evasores, son noticia de portada en los medios; y de ello no se salvan ni los posibles candidatos a la Presidencia de la República, pues tenemos una que trabaja con un personaje envuelto en una investigación sobre narcotráfico, otra que su padre es un reo confeso y a prometido liberarlo si gana, otro que tiene un hermano sentenciado por homicidio, y así por el estilo. Acá en Perú decimos, a esto: Todos tienen anticuchos.

Actualmente, nuestro país es una de las economías con mayor expansión en el mundo. Según la revista The Economist, se estima que para el 2009 alcancemos una tasa de expansión de 3.1% y de 4.1% en 2010. Además, en el 2010, la situación para nuestra economía mejoraría aún más, pues no solo se crecería un punto porcentual más (a 4.1%), sino que ese resultado nos colocaría como la tercera nación en el orbe con la mayor expansión, solo por debajo de China (7%) y de India (6.6%).

Para los que vivimos en una época en el que se nos decía que nunca jamás saldríamos de pobres, resulta maravilloso saber que al fin dejamos de ser perdedores y nos metimos a competir entre los grandes.

Sin embargo, ello implica mucho más que crecer, por crecer. Implica que todo en nuestro país esté a la altura de las circunstancias. Nuestras instituciones, nuestra cultura y nuestros políticos. Lamentablemente aún estamos muy lejos de ello.

Aún los ciudadanos de a pie tenemos que acudir a instituciones públicas burocráticas, complejas y de muy mala atención; aún tenemos que soportar -cuando acudimos a un servicio público-, ser vistos como que llegamos a pedir un favor, y no un derecho; aún tenemos que soportar tener a congresistas que más que preocuparse por estos problemas están preocupados en “cuanto cobrarán el próximo mes por gastos operativos”.

Así como nuestro país emerge económicamente del fondo oscuro en el que nos encontrábamos por lustros de lustros, los peruanos también debemos comenzar a vernos hacia dentro desde una perspectiva ganadora; debemos tomar conciencia que este país es nuestro y no de de esa gavilla de incompetentes que se encuentran en esa institución tan importante como el Congreso de la República y que tienen a su cargo nuestra vida y destino.

Debemos fomentar la autoestima nacional y desterrar para siempre esa vieja forma de concebir la política como un medio para auto-beneficiarse, pues ahora nuestro país así lo exige. Ojalá.