Lo que todos se imaginaban lo confirmó él mismo. El líder aprista Alan García, dos veces presidente de la República, dijo que le gustaría volver a ser mandatario, en una amigable entrevista en RPP, en la que también negó que haya querido vacar a su antecesor Alejandro Toledo –pese a las evidencias– y reiteró que no quiere pelearse con su sucesor Ollanta Humala.
Hablando de su nuevo libro, “90 años de aprismo”, el periodista Raúl Vargas le dijo que los últimos textos que ha escrito, obviamente, buscan mantenerlo vigente, y entonces se interesó por su futuro político. “¿Tendremos nueva candidatura?”, le preguntó como lanzándolo.
“No me gusta mentir, ni me gustan los políticos que se esconden detrás de los abanicos. Yo digo la verdad. Cuando me preguntan “¿le gustaría ser presidente?”, (digo) ¿y a quién no le gustaría? Que levante la mano el que no quisiera tener el honor, la honra de representar al pueblo. Ahora, otra cosa es cuáles son las condiciones, qué dificultades existen y si es positivo o no que uno participe”, respondió.
García dijo después que por ahora cumple su misión de expresidente, de predicar el camino que cree mejor, de pedir serenidad en los momentos más difíciles y de oponerse a las reelecciones porque un gobernante debe dejar el poder para “estudiar, rejuvenecerse (…) y, si llega el caso, volver”. Vargas volvió a lanzarlo: “¿Cómo hacemos para que llegue el caso?”.
“Cuando llegue el caso, yo se lo diré en RPP, no se preocupe”, respondió entre risas, luego de lo cual se refirió al calificativo de “panzones” que emitiera el presidente Ollanta Humala, y sobre el cual todos –incluido él mismo– han coincidido en reconocer que lo aludía.
El exmandatario dijo que en los 20 meses que lleva el gobierno de Humala no ha hecho nada que justifique ese ‘ataque’ a su anatomía, pues él “jamás ha formado crítica o hecho oposición” a Humala. Dice que su misión como expresidente es fortalecer el Perú y a su régimen si hace las cosas bien.
“Se cometen errores, es posible; que lo digan otros. Lo que tiene que hacer un expresidente es fortalecer, pero no se entiende. Se cree que todos estamos agazapados como fieras, dispuestos a comernos a quien pasa o defendiéndonos de quien nos quiere comer. Por eso he dicho que con el presidente no peleo, además con adjetivos. Por encima de nosotros está el Perú”, insistió.
UN POCO DE MEMOREX
El líder aprista dice que no le gusta mentir, pero quizá sí tiene un poco de desmemoria. Como lo recordó el peruposibilista Carlos Ferrero el miércoles, entre 2004 y 2005 el APRA, con García a la cabeza, intentó conseguir la vacancia de Toledo en dos oportunidades, ambas de manera infructuosa.
La primera fue con la marcha de la CGTP de 2004, que García encabezó. Esta búsqueda de respaldo popular para la salida de Toledo fracasó y pasó a la historia como el día en que García le propinó una patada artera a Jesús Lora. La segunda vez fue cuando los congresistas apristas quisieron suspender a Toledo del cargo por 30 días debido a las firmas falsas de Perú Posible.
Ayer en RPP, la periodista Cayetana Aljovín, pese al reclamo de Raúl Vargas, insistió en el tema preguntándole a García si haber pedido la suspensión de Toledo de la presidencia no había sido actuar al límite de la democracia.
“En ese momento recuerdo editoriales (…) donde se decía que el presidente debería dar un paso al costado, nombrar a un primer ministro que asumiera todos los poderes, y que aquel se mantuviera en la sombra. Pero eso fue en 2003, 2004, ya pasaron diez años. No vivo haciendo añoranza de esas cosas”, añadió en un intento por generalizar una decisión que impulsó el APRA hasta el final.
García, quien se definió como caserito de RPP, dijo que no se quiere pelear con el expresidente Alejandro Toledo por el tema de la compra de su casa en Miraflores, o por la investigación de la compra de la casa de la suegra de aquel. La clásica escopeta de dos cañones.
¿Vacancia a Toledo?
García también negó que él o sus ‘compañeros’ hayan intentado vacar al expresidente Alejandro Toledo, en respuesta a lo dicho por el exvicepresidente Raúl Diez Canseco, quien reconoció que algunos apristas le ofrecieron la presidencia si se lograba sacar a Toledo del poder.
“Escuché eso de una persona que trabajó con el señor Toledo. ¿Que el APRA conspiró contra Toledo? Por favor. Quien conspiró contra Toledo fue él, que lo dejó sin vicepresidente por tener que renunciar. No se conspira en democracia. ¡Jamás! La conspiración es el golpe de Estado, el uso de la violencia”, remarcó.