Exclusivo: La bomba que rondó Palacio
Un
artefacto explosivo hallado en un vehículo utilizado por un colaborador
cercano al presidente Ollanta Humala y su esposa ha activado la alarma
entre personajes encumbrados.
Mientras la Policía y el Ministerio Público investigan este descubrimiento, ocurrido la primera semana de febrero, un manto de incertidumbre se cierne sobre una camioneta que, en algún momento, se estacionó dentro de Palacio de Gobierno junto a la de otros funcionarios.
Jorge Luis Salazar Cussianovich es un abogado egresado de la PUCP, pero en el ámbito profesional ha destacado más como asesor político y director de diversas instituciones, tanto públicas como privadas, así como sin fines de lucro. Desde la Comisión Andina de Juristas, el Ministerio Público, Transparencia, el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) hasta Naciones Unidas, Salazar —a quien sus amigos llaman 'Coco'— ha coordinado un conjunto de proyectos clave para el fortalecimiento de la democracia desde fines de los años 90.
Ahora trabaja —desde agosto de 2011— como coordinador de las actividades del despacho presidencial y es el encargado de la organización de la agenda tanto del mandatario como de la primera dama, a quien suele acompañar en algunos de sus desplazamientos a provincias.
HISTORIA DE UNA NÓMADE. La camioneta modelo Grand Nomade de Suzuki es una de las carrocerías tipo SUV (Sport Utility Vehicle) más populares entre los amantes de los todoterreno. 'Coco' Salazar conducía esporádicamente una de este tipo de placa ROG-450, color gris, fabricada en el año 2006, desde octubre último. El propietario del vehículo es el conocido abogado y ex procurador anticorrupción José Carlos Ugaz Sánchez Moreno, socio principal del Estudio Benites, Forno & Ugaz. El automóvil, según su tarjeta de propiedad, figura a nombre de este bufete de abogados.
Se sabe por diversas fuentes que el letrado había adquirido otro vehículo, por lo que desde octubre de 2011 dejó de usar la Grand Nomade para sus traslados cotidianos.
Entonces Ugaz, amigo de Salazar, le prestó la camioneta hasta decidir si finalmente la vendería. Meses más tarde, el pasado sábado 4 de febrero, Salazar llevó el carro hasta un taller de mecánica ubicado en Barranco, para su revisión y trabajos de mantenimiento. En ese lugar (cuya indentidad conoce esta revista pero la reserva para no entorpecer las pesquizas) y tras una inspección superficial al chasis inferior, un mecánico detectó un pequeño artefacto rectangular que llamó su atención.
Con temor de que se tratara de lo que se conoce como una 'bomba lapa', un aparato explosivo instalado debajo del carro con poder destructivo para matar a sus ocupantes y que se puede activar por control remoto, los responsables del taller se comunicaron con la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) para que verificaran si se trataba de un artefacto de ese tipo.
Los agentes de dicha unidad, tras retirar el dispositivo, determinaron que efectivamente se trataba de un explosivo en situación de 'stand by' (espera), pero que podía ser activada en el momento menos esperado, para ser posteriormente detonada.
El hallazgo despertó una alerta entre los efectivos de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía Nacional (Dircote), que levantó el atestado policial N° 32-2012 donde está consignada toda esta información. Asimismo, el Ministerio Público tomó cartas en el asunto e investiga los hechos a través del fiscal adjunto a la Tercera Fiscalía Provincial Supraprovincial, Javier Ramírez Cancho, quien deberá determinar a partir de las primeras investigaciones y peritajes policiales si se amerita abrir un proceso más extenso. Sin embargo, en esta etapa preliminar, la pregunta que se hace el fiscal Ramírez Cancho es: ¿quién estaba en la mira de un atentado?
PERSONAJES EN LA MIRA. José Ugaz Sánchez Moreno es un reconocido abogado. Ha sido procurador del Estado para los casos más sonados de corrupción del Gobierno de Alberto Fujimori. Ha sido víctima de 'chuponeo' y también lo han acusado —sin pruebas— de estar vinculado a escuchas ilegales. Un currículum que incluye no pocos enemigos y muchos de ellos de temer. 'Coco' Salazar, en cambio, ha tenido un perfil mucho más discreto.
Reconocido más en el ámbito de las relaciones públicas, no ha tenido ningún incidente que explique por qué alguien quisiera hacerle daño. Salvo por un episodio a fines de los 90, en el que como director de IPYS recibió una amenaza telefónica, Salazar ha pasado desapercibido para los chicos malos.
Por ese motivo, los indicios apuntarían más a un intento de atentado, amenaza o chantaje contra Ugaz. Sobre todo porque el aparato que se encontró bajo la Grand Nomade —y que sigue siendo examinado por peritos de criminalística— posee rastros de óxido y tierra que abonan a la tesis de que había sido colocado allí con cierta antigüedad y no desde que lo empezó a utilizar Salazar.
Precisamente, un integrante del equipo Delta 2 que investiga el caso estima que el explosivo habría estado allí aproximadamente un año. En ese lapso, el conductor del vehículo era José Ugaz.
ALARMA EN PALACIO. La misma fuente policial refiere que mientras sigan las pesquisas no se descarta ninguna sospecha acerca del origen de dicho dispositivo. Sobre todo porque entre fines del año pasado y enero último dicha camioneta ingresó en más de una oportunidad al estacionamiento de Palacio de Gobierno —donde trabaja Salazar Cussianovich—, donde otros funcionarios del más alto nivel también parquean sus vehículos.
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JAIME ESPEJO ARCE