Por: Elmer Cuba
En 1990, 40% de los niños peruanos presentaban cuadros de desnutrición crónica. En el mundo urbano esa medición llegaba a cerca de 20%, mientras que el mundo rural alcanzaba cifras superiores al 60%. Es decir, un buen número de los jóvenes que están entrando al mercado laboral durante este quinquenio no podrán desplegar todo su potencial a lo largo de su vida laboral. ¿Culpables?, entre otros, el empobrecimiento de las familias como resultado de las grandes crisis macroeconómicas de esas épocas.
En economía, las malas políticas a veces se reflejan mucho tiempo después. En esa línea, mucho de lo que se haga o se deje de hacer ahora tendrá consecuencias muchos años por delante. Mejorando la educación, la competitividad empresarial –sobre todo de las pymes– y la infraestructura productiva se podrá sostener altas tasas de crecimiento en el futuro. Ello no puede esperar. En caso contrario, las altas tasas de crecimiento de estos años caerán irremediablemente. Debemos recuperar el sentido de urgencia.
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