Ya lo dije acá, en este mismo espacio. Y antes en Perú21. Mis simpatías están con Susana Villarán. Suelo transparentar mis predilecciones o antipatías electorales cuando creo tenerlas claras. Lo he hecho varias veces en el pasado. A favor de Vargas Llosa. Contra Fujimori. A favor de Lourdes. Contra Humala. Por el voto viciado. Y así. Me parece que es lo más honesto, y además, si algunos no lo saben, la esencia del periodismo de opinión consiste en tomar posición, aunque ésta no sea compartida por los lectores, ni por el director del diario, ni por dios, ni por mi mamá. Ni siquiera por mi amigo y verdugo, el pepecista Carlos Chipoco, quien me sorprende que no haya entendido todavía que en el columnismo no se puede ser neutral, y que en una democracia uno de los principales valores es el de ser plural. En fin.
En esta ocasión, insisto, mi adhesión se mantiene con la candidata de color verde limón, pese a todas las cosas que se han escrito y dicho sobre ella. Y pese a ser ella de izquierdas, y yo no. A mí no me da miedo su condición de zurda, como a tantos. Y no es que me parezca que Lourdes sea una mala candidata, que tampoco es el caso. Sólo que si me pongo a comparar entre las dos opciones, prefiero largamente a Susana. Por varias razones.
Villarán es más liberal que Lourdes en materia de libertades individuales. Y ésa ya es una razón capital para definir un voto. Flores, al revés que Susana, defiende ideas rancias, que huelen a naftalina, y que no tienen nada que ver con la modernidad.
Susana, además, se compra pleitos defendiendo causas que considera justas, y eso me consta. Y estoy seguro, justamente por ello, que escandalazos como el de Comunicore, si acaso llega a la alcaldía, no desbordarán el cajón de denuncias olvidadas. En cambio, de Lourdes, con el hijo de Castañeda de aspirante a regidor en su lista, no espero ninguna investigación. Sobre Comunicore o alguna otra irregularidad.
Otro punto a favor de Susana. El sector de izquierda que representa Susana Villarán es el más progresista del mercado político. De lejos. No es Sendero. No es el MRTA. Ni siquiera encarna al comunismo, sino a una suerte de socialismo vanguardista. Sus referentes son Lula, Bachelet, Mujica. Y es una crítica dura de Fidel, Chávez y Humala. Lo dijo en la tele, en el programa de Jaime Bayly. Y eso no fue una pose para la platea.
¿Y Patria Roja?, preguntará un suspicaz. Pues yo creo que convocar a Patria Roja fue un error político de Susana Villarán. Ahora, a quien se va a elegir no es a Patria Roja sino a Fuerza Social. Que Patria Roja forme parte del aparato logístico, y que un par de militantes integre su lista de regidores, no significa que Patria Roja vaya a gobernar la ciudad, si acaso triunfa la demonizada Susana Villarán, que todavía está por verse.
Algo más. ¿Y a quién creen ustedes que van a apoyar todas las fuerzas oscurantistas de Lima? ¿A dónde creen que van a ir colectivamente los votos del Opus Dei, Sodalitium, Tradición Familia y Propiedad, Pro Ecclesia Sancta, fujimoristas, kouristas, los votos de los artistas de Altamira y las familias Picapiedra y Mármol, y qué sé yo? ¿A Susana? ¿A Frito Lay? ¿A Iberico? Obviamente, a Lourdes. Y ese apoyo, si alguien me pregunta, me parece más sombrío que el de Patria Roja.
Más todavía. Hay dos temas sumamente sensibles que no se han rozado siquiera. Transporte y seguridad ciudadana. Honestamente, en lo que se refiere al primero, no veo ni a Lourdes ni a Susana ni a nadie resolviendo este problema. Es la verdad, salvo que se apoyen en una iniciativa como la que lanzó hace unos meses Adrián Revilla y un grupo de especialistas (a los que, para variar, ninguna autoridad les dio pelota), para entrar con mano dura y zanjar la cosa con cojones y soluciones radicales. Eliminando combis y reemplazándolas por buses. Reduciendo el número de taxis al mínimo. Expeliendo de la circulación los autos que no pasarían una revisión técnica ni en Kasajistán. Y cosas así.
Sin embargo, en materia de seguridad ciudadana, a Susana sí la veo con más ideas y mayor capacidad de convocatoria de técnicos y gente con experiencia en el asunto, tipo Fernando Rospigliosi, Gino Costa o Carlos Basombrío, que podrían aportar con iniciativas eficaces, mientras que a Lourdes lo único que le he escuchado sobre esto es que, van a haber más camaritas de seguridad. Vaya.
Y no sé si ustedes lo han notado, pero a Susana le dicen maoísta de armas tomar, terruca miraflorina, Iparraguirre villamariana, y otras paparuladas más, pero a quien se le ve recurrentemente a su lado es a Augusto Ortiz de Zevallos, un urbanista de nota, mientras que a Lourdes se le ve más sola que la una y con actitud “achori” frente a una rival que no quiere ganar votos a punta de broncas y cabezazos.
Y una penúltima cuestión. ¿No sería mejor que los espacios políticos de izquierda sean ocupados por gente de la talla y la calidad moral de Susana Villarán? ¿O acaso prefieren los asustadizos de siempre dejarle ese lugar a Ollanta Humala, y regalárselo otra vez para que vuelva a tentar suerte en este país suicida, en el 2011? Porque, que se recuerde, ese espacio izquierdista y rebelde, iba a ser conjurado por Alan García en sus cinco años de gobierno, pero ustedes ya lo vieron. Sobre ese pequeño detallín, García no ha hecho un carajo.
Por último, y para acabar estas ya largas disquisiciones. Lo que me da gusto es que, la candidata de mis querencias, a la que muchos no se atrevían ni a mirar al principio, hoy está peleando el segundo lugar con una entereza, que, si no nos hemos dado cuenta, ya la hizo ganadora de estas elecciones, aunque pierda. En esta campaña ha forjado un nombre de cara a futuras elecciones.
Ojalá que ocurra algo similar, en unos meses, con Jaime Bayly, mi candidato para los comicios presidenciales. Pero antes necesita un partido.
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JAIME ESPEJO ARCE