Aldito le preocupan los inversores gringos, eso no es novedad, siempre lo ha dicho, son sus patas. Pero últimamente el hombre está que camina con los pelos de punta, ojeroso y golpeándose la cabeza en cuanta pared encuentra, porque cree que en unos días los ¡soviets! van a tomar Lima.
En su desvarío está alucinando que el alcalde de Lima puede promulgar una ley para que la gente compre marihuana libremente en la bodega de la esquina; que por una Ordenanza de Alcaldía se expropiarán las minas (de sus entrañables amigos); que los maoístas, humalistas y ex emerretistas tomarán por asalto SERPAR, EMAPE y el PARQUE DE LAS LEYENDAS; que Susana derogará el TLC y el padre Arana será el Teniente Alcalde en la sombra.
¿Nadie le ha dicho a este individuo, que está más loco que una cabra?
Si bien es cierto que en el medio, a Aldito se le conoce como racista, anti-mariateguista rojo, y lobista gringo; creo que esta elección municipal lo ha puesto en evidencia como un individuo totalmente desequilibrado.
Basta ver los titulares, editoriales, chiquitas (notas anónimas y sin confirmar) y hasta las tiras cómicas del diario Correo, para percatarse que el hombre definitivamente no está bien de la cabeza; pues una cosa es discrepar o tener divergencias sobre determinadas posiciones, pero siempre manteniendo la cordura y tolerancia democrática; y otra, actuar como un loco fundamentalista y desaforado, soltando cada sandez en ese medio de comunicación.
Lo curioso es que él cree que su posición maximalista ayuda a la que hoy es su candidata. Parece que nadie le ha dicho al pobre que Lulú está en picada por gente enferma como él. Los limeños no tienen los cucos que él tiene en su cabezota torpe. Un psicoanálisis podría determinar fácilmente que su actuar desequilibrado es producto de un escondido complejo que tiene, por no aceptar ser nieto del padre de los comunistas en el Perú; y reconocer que su abuelo no fue rico (como a él le hubiese encantado), sino más bien muy pobre, pues la historia dice que José Carlos era de condición muy humilde llegando incluso a afrontar una dramática situación de miseria tras el abandono del padre. La madre del Amauta trabajó de modista para ir sacando adelante a la familia. Qué horror para Aldito que le enferman los pobres. Fo.
Invito a que lean el artículo de Aldito M publicado el día de hoy, y seguro coincidirán conmigo que el pata esta requeteloco.
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JAIME ESPEJO ARCE