jueves, 22 de julio de 2010

Tupac Amaru y el deja vú


Quienes han palpado la guerra y han sido zarandeandos por dinamitazos (Vietnam, Corea, el Golfo…) suelen ser invadidos por el pasado en las señales más inocuas. Un trueno es una metralla, el golpe de una silla una granada...

Nos suele ocurrir en circunstancias menores a una guerra, pero por demás traumáticas.

El escándalo macartista es ahora que la Policía Nacional armó un operativo en Miraflores, a fin de descolgar un supuesto estandarte terrorista colocado en el balcón de un departamento ubicado en el Malecón Cisneros.
La bandera blanquirroja en cuestión llevaba impresa una serigrafía del rostro de Túpac Amaru, que es, nada menos que una obra del reconocido diseñador gráfico Germán Kino o “Cherman”.

¿Se trató en realidad de una apología a la subversión? ¿De un mal uso de los “símbolos patrios”? ¿Tan cojudo a la vela puede ser Cherman para reclamar grilletes tan a la ligera? Lo dudo.

He ido a Indecopi a tantear si es que el MRTA inscribió su derecho a la imagen de Tupac Amaru y nada. No monopoliza la imagen y, desde luego, quien la use para otros fines (no terruquientos), libre de sospechas será.

He consultado si es que el rebelde cusqueño es un símbolo irretratable y nada.

Válido que los vecinos se espanten o teman cercanías terrucas, válido es también que la Policía asome a fisgonear. No más.

Nada hay de apologético del terror en la bandera de Cherman, que puede provocar, pero que no alude a adhesiones indebidas. Cherman no es el Che Guevara reencarnado o un repentino seguidor de Polay, es un artista que estampó a Tupac Amaru en una bandera nacional por el ánimo de joder. Es una figura distinta a la de la bandera emerretista, carece de las armas debajo del rostro y de las siglas. Sólo sugiere lo que cada cual pueda interpretar ¿O es delito lo que el juez interprete de una señal de múltiples interpretaciones?

Mientras no haya alusión al MRTA o al terror como arma legítima, nada hay de punible. Una cosa es admirar y ladrar apologéticas a Tupac Amaru (que no es delito) y otra loar al terror. Si me convencen que el descendiente de las momias vivió en los 80 y petardeó la democracia, asumiré que Cherman delinquió. Pero puede decir y pintarrajear a Tupac Amaru como le salga del fundillo, ya es otra cosa si violó reglas administrativas del municipio sobre el uso de la bandera (si es que alguna especificación hubiere).

No es una bandera tupacamarista sino una nacional con un detalle que descuadra, pues reemplaza el escudo por la imagen de un personaje que pretende dar un mensaje que sólo Cherman conoce a cabalidad. Tan ambiguo es el símbolo y tan dado a la duda razonable que delito no hay, pues caben mil lecturas y no la unívoca y siempre equívoca del juez (funcionario estatal, a fin de cuentas). No es la bandera de marras un loor incendiado a Abimael o Polay. La única significación importante es la que el artista le atribuya.

¿Destruiremos el oleo de Tupac en Palacio? ¿Arrasaremos los museos, grandes apologías del heroísmo del mártir? ¿Cambiaremos de nombre a la Avenida Tupac Amaru por si las sospechas?

No digo que quienes padecimos el terror no reclamemos una explicación, ya que siempre entra las dudas y pica; pero entre el desconcierto y la persecución paranoide hay un salto que una sociedad libre debe evitar.

¿Y con esos prejuicios y paranoias vamos hacia un ministerio de cultura?
PS. Vean sino, banderas peruanas de Cherman con el rostro de Alan y hasta de Mickey Mouse.
En la foto, un Bolognesi rojo, muy a su estilo. No, no que el héroe haya sido comunista, padecía de hipertensión aguda. (Raúl Mendoza Cánepa)

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JAIME ESPEJO ARCE