martes, 20 de diciembre de 2011

Chavín de Huántar: Una historia por esclarecer



Los eventos ocurridos el 22 de abril de 1997 durante el operativo ‘Chavín de Huántar’ aún se encuentran llenos de incógnitas. Las muertes -tanto de comandos como de emerretistas- muestran muchas piezas que no logran encajar.

Uno de los principales factores que no permite esclarecer  los hechos es la presencia de un equipo que habría funcionado de  modo paralelo a los valientes comandos y  realizó ejecuciones extrajudiciales.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoce la presencia de dicho grupo.
Precisa la CIDH que Montesinos, Hermoza, Huamán y Zamudio son “personas ajenas al operativo militar, pero, tal como quedó probado, (están) involucradas en la operación conjunta de rescate de los rehenes (…)”. Es decir, formaban parte de los hechos, no eran individuos al margen de los mismos. Estaban al mando de los ejecutores.

‘Gallinazos’ es el sobrenombre con el que el ex Ministro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, bautizó a este grupo que operó de modo paralelo a los heroicos comandos por orden de los coroneles del Ejército Jesús Zamudio Aliaga y Roberto Huamán Ascurra. Loret de Mola, dejó en claro la importancia de separar a ambos grupos y responsabilizó a los ‘gallinazos’ por los hechos que ‘oscuros’ que se dieron durante el rescate.

Es este grupo al que se refieren las recomendaciones de la Comisión Interamericana de derechos humanos. Recomendaciones donde se concluye que se debe procesar a los individuos mencionados en el fuero civil por supuestas ejecuciones extrajudiciales. El abogado Carlos Rivera explica:

Hay que separar una cosa muy importante, lo que está judicializado en dos casos no es la operación militar ‘Chavín de Huántar’, una operación absolutamente exitosa. Sino el crimen inmediatamente posterior a la operación militar. Existe un proceso contra Nicolas Hermoza, Vladimiro Montesinos, Huáman Ascurra y Jesús Zamudio, quien supuestamente dirigía a ‘Los Gallinazos’, agentes del SIN que entraron a matar.

Con motivo de los 15 años de la toma de la residencia, la pagina LaMula.pe realizó una revisión a los temas más polémicos  que se dieron durante la operación de rescate, aquí el resumen:

1.  La ejecución de ‘Tito’

La muerte de Eduardo Cruz Sánchez, ‘Tito’, segundo en la línea de mando del MRTA, llevó a que se tejan un sin fin de teorías donde se trató de definir si el terrorista murió durante el enfrentamiento o si fue capturado vivo para ser posteriormente ejecutado extrajudicialmente.

En ese jardín, vi a un miembro del MRTA que se llamaba “Tito”. Sus  manos  estaban  amarradas atrás y su cuerpo estaba tendido boca abajo hacia el suelo. El movió su cuerpo,  así que pude reconocer que él estaba vivo. El estaba con camiseta de manga corta y de color verde con pantalón corto de color oscuro.  Cuando “Tito” intentó hablar levantando su cabeza, un policía armado que estaba de custodia, pateó su cabeza y esta empezó a sangrar. Unos minutos después, apareció un militar del túnel e hizo levantar a “Tito” y lo llevó a la residencia pasando el túnel. (Testimonio brindado en agosto del 2001 por Hidetaka Ogura – Fragmento tomado del Informe Final de la CVR).

Tras mucha especulación, la declaración en 2001 del entonces secretario de la Embajada de Japón, Hidetaka Ogura, y los estudios forenses dejaron en claro qué sucedió con ‘Tito’. Siete años después, en 2008, el testimonio de los agentes Raúl Robles y Teodorico Torres corroboraron esta versión en un reportaje realizado por ‘Cuarto Poder’; ellos aseguran haber entregado con vida a Eduardo Cruz Sánchez.

La necropsia mostró que ‘Tito’ murió por una herida de bala en el cráneo. Posteriormente, el “Informe sobre los restos humanos atribuidos al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru”, realizado por José Pablo Baraybar, director del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), develó qué tipo de arma causó esta lesión.

(Munición con ingreso por la parte posterior del cráneo) Con trayectoria de atrás hacia adelante, de izquierda a derecha, de abajo hacia arriba. La amplitud y extensión de la fracturas sugiere que la herida debió ser causado por un proyectil de alta velocidad (Fragmento tomado del Informe sobre los restos humanos atribuidos al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru realizado por José Pablo Baraybar en Julio del año 2001).

Los comandos de la operación ‘Chavín de  Huántar’ ingresaron a la residencia armados con subametralladoras Hecler Koch MP5, armas de baja velocidad. En el recinto, quienes contaron con armas de alta velocidad fueron los emerretistas y los ‘gallinazos’; todos estos contaban con fusiles AKM, el arma que -se puede inferir- causó la lesión que mató a ‘Tito’.

Por otro lado, el tipo de disparo que presentó ‘Tito’ en la parte posterior del cráneo parece formar parte de un patrón, pues otros ocho cadáveres presentaron lesiones similares, como lo demuestra el informe referido.

2. Cynthia, la NN10

La muerte de Herma Luz Meléndez, una de las terroristas que participó en la toma de la residencia, tampoco concuerda con la versión oficial, según la cual todos los subversivos murieron en combate. Aquí también ha sido determinante el testimonio de Hidetaka Ogura:

Al voltearme allí vi que dos miembros del MRTA estaban rodeados por los militares, una mujer llamada “Cynthia” y un hombre a quien no puedo reconocer porque tenía estatura  baja y estaba rodeado por los militares de estatura alta. Antes de bajar la escalera portátil he escuchado que “Cynthia” estaba gritando algo así como “no lo maten” o “no me maten”. Cuando bajamos al suelo, esperamos unos minutos junto con los señores antes mencionados  al costado del edificio de la residencia para salir a la casa vecina.  Allí  he  escuchado algunas detonaciones y disparos. Fuimos conducidos por un militar pasando por un túnel corto y pasamos al jardín de la casa vecina. (Testimonio brindado en agosto del 2001 por Hidetaka Ogura – Fragmento tomado del Informe Final de la CVR)

Por otro lado, los exámenes  de absorción atómica realizados por la Policía Nacional del Perú demuestran que Cynthia dio negativo para residuos de bario, plomo y antimonio. José Pablo Baraybar explicó que esto indica que la terrorista en ningún momento disparó su arma.

3. Víctimas en medio de la confusión: Valer, Jiménez  y Giusti

El teniente coronel EP Juan Valer y el teniente EP Raúl Jiménez representan el valiente trabajo que realizaron los comandos, y se les recuerda como héroes caídos durante el enfrentamiento. Además de ellos, el magistrado Carlos Giusti fue el único rehén que falleció durante el operativo.  Se ha ahondado muy poco en la muerte de estas heroicas víctimas.

Las necropsias muestran que las tres personas mencionadas sufrieron una muerte por “proyectil de arma de fuego de pequeño calibre disparado a una distancia mayor a 50cm” ( fragmento tomado de los protocolos de necropsia de Valer, GiustiJiménez).

Luego de revisar estos reportes, José Pablo Baraybar quedó intrigado por el tipo de arma que causó la muerte de estas víctimas:

Desconozco cómo murieron estas personas, pero había solo dos tipos de municiones. Los emerretistas con fusiles AKM y los comandos con 9mm por las subametralladoras Hecler Koch MP5.

Es decir, según las primeras investigaciones, cabe la posibilidad de que estos hayan fallecido por ‘fuego amigo’ en medio de un tiroteo fugaz  y confuso durante la operación.


La revelación de estos datos no intenta, en modo alguno, responsabilizar o culpar a los comandos de ‘Chavín de Huántar’ por estas muertes. Sino mostrar una serie de inconsistencias y eventos que no logran ser esclarecidos.

Es solo un intento por revelar aquello que, intencionadamente, se mantuvo bajo secreto con la intención de encubrir a los ‘gallinazos’ y a los propios Zamudio y Huamán Ascurra.

En el libro “Sombras de un Rescate”, el periodista David Hidalgo recalca la importancia de separar a los valientes comandos ‘Chavín de Huántar’, que arriesgaron su vida y llevaron a cabo una admirable operación de rescate, de los ‘gallinazos’, que ensombrecieron el sacrificado trabajo de los militares.

Se habían perdido pruebas importantes. Pistas que hubieran liberado de sospechas innecesarias a los comandos que solo cumplieron su deber. Un rastro que hubiera podido conducir hacia los encapuchados que ingresaron a la residencia japonesa bajo las órdenes de los comandantes Zamudio y Huamán, los verdaderos mariscales de campo de Fujimori y Montesinos en el rescate. Esos que un ministro bautizó en años posteriores como “gallinazos”, para diferenciarlos del resto de soldados por el aspecto sospechoso de sus pasamontañas. El sobrenombre es de una precisión notable: ninguna imagen pinta mejor que esas aves negras el nudo de terroristas y verdugos de esta historia.

NOTAS RELACIONADAS:

1. Estado reconoció ejecuciones; comandos Chavín de Huántar las niegan – http://lamula.pe/2011/11/17/estado-reconocio-ejecuciones-comandos-chavin-de-huantar-las-niegan/estebanmarchand

2. David Hidalgo: “Hubo ocultamiento de evidencias tras la operación Chavín de Huántar” – http://lamula.pe/2011/11/04/david-hidalgo-hubo-ocultamiento-de-evidencias-tras-la-operacion-chavin-de-huantar/lamula

Jimena Rojas y Paola Ugaz
LAMULA.COM
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