MIAMI, FLORIDA.- Y en Ica siguen quemando las donaciones?
Con esa pregunta fui recibido por la señora XXX propietaria del restorán de comida peruana "La Flor de la Canela". Y es que justamente su local dejó de atender al público, debido a que, de un momento a otro, se convirtió en depósito de las donaciones que en grandes cantidades comenzaron a llegar, a raíz del terremoto del 15 de agosto del 2007.Aquí la gente fue muy solidaria con nuestro país, me dijo.
En total, sólo el estado de Florida, embarcó más de 80 contenedores de donaciones. Nosotros enviamos un conteiner sólo de purificadores de aire, y cuando estuve en Perú preguntando quién había recibido los purificadores, y no encontramos ni uno. Supimos después que cinco contenedores fueron directamente a la Fuerza Aérea del Perú.
Nosotros recolectamos para la población, no para la FAP.De igual forma, preguntamos por las decenas de sillas de ruedas nuevas y usadas, pero en buen estado que enviamos, y los pobladores no daban razón de ello. Por razones que nunca entendimos, también se desvió donaciones específicamente de la zona del Alto Larán en Chincha, hemos averiguado y esa población nunca recibió nada de esos cinco contenedores.
La señora XXX asegura que nunca se envió ningún producto malogrado, sin embargo, me comentó que conversó con un profesor universitario, y éste le aseguró que sólo hacían la finta con eso de quemar donaciones, para que al final inescrupulosos funcionarios estatales se agarren las donaciones.
Nunca embarcamos productos malogrados o vencidos, la empresa que los donó productos enlatados es una de las más grandes en EE.UU., y por su prestigio nunca lo iba a hacer.
Mucha decepción y fastidio, encontré en las palabras de esta peruana que sacrificó su negocio personal, para ayudarnos en los momentos más difíciles que nos tocó pasar. Cuando vi las noticias en un canal de televisión aquí en Miami, sentí mucha vergüenza. Ese día lloré. Y hasta ahora recuerdo, cuando una señora anciana que vive con la subvención del gobierno y que vino a verme, me dijo: No tengo grandes cosas que dar, y entregó una donación. Y por qué lo hace le pregunté, y ella me respondió: Los peruanos nos ayudaron a los cubanos, cuando nos permitieron ingresar a su embajada a inicios de la década de los ochentas, cuando escapábamos de la tiranía de Fidel Castro. Yo estuve ahí, y gracias a ello pude llegar a los EE.UU. Por eso siento gratitud. Y este es el momento de colaborar con nuestros hermanos peruanos.
No puedo negar que cuando me contó esta historia, se me puso la piel de gallina. Y por supuesto me emocione. Se imagina usted, me dijo, cómo me sentí después de enterarme que lo que enviamos no llegó o no sé quién se benefició, pero mucho de ello tiene que ver el Consulado de Perú, aquí en Miami.La verdad, sentí mucha vergüenza. Pero así son nuestras autoridades en general, que ni siquiera saben o han averiguado qué se hizo con todo lo donado. Pero que alguien se benefició, de eso no tengo ninguna duda.
Gastón D. Medina Sotomayor
13 de Noviembre de 2008
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