«América es el lugar donde todo puede pasar», transmitió tras la victoria a sus fieles Barack Obama, primer presidente negro que llega a la Casa Blanca, y con ello renació el sueño americano.
Él mismo, en la noche victoriosa, era la prueba fehaciente. Desconocido hace dos años en la escena pública, ha logrado imponerse a una durísima rival en su partido, a un reputado veterano de guerra en las urnas y a los todavía muy arraigados prejuicios raciales de la nación más poderosa de la Tierra.
Su hito queda para la Historia como uno de esos momentos que hacen progresar a la sociedad occidental. No hay que olvidar que la esclavitud fue abolida en los EE UU hace tan sólo 143 años, y el derecho al voto de los negros, aprobado en 1965. Es muy significativo que el primer mensaje del ganador fuese una llamada a la unidad y a la patria.
«No hay estados rojos y estados azules», enfatizó, en referencia a los colores de republicanos y demócratas, «hay los Estados Unidos de América». Obama ganó con comodidad unas elecciones marcadas por la crisis económica, la negativa herencia de Bush y una participación récord.
Nada de ello favorecía las expectativas de McCain. El comportamiento de los candidatos tras el escrutinio final fue de una elegancia y una altura de miras que ya quisiéramos ver por estos pagos.
Obama, excepcional orador, mostró su deseo de contar con todos, incluso con los derrotados McCain y Palin. McCain, ejemplar, quizá en su mejor discurso, tomó con sorna la derrota y se puso de inmediato a las órdenes de Obama: «Era mi oponente, ahora es mi presidente». Una lección de aceptación ejemplar del juego democrático.
Cuando más se ha agudizado la crisis de liderazgo, interior y exterior, de los Estados Unidos, Obama ha logrado que su mensaje de esperanza traspase fronteras.
El mundo desea ver en el sucesor de Bush al hombre que encabece la lucha contra los grandes desafíos globales. La crisis económica por las inmoralidades de un capitalismo rapaz que desvió su camino de la economía productiva hacia una feroz ingeniería financiera, dos guerras abiertas (en Irak y en Afganistán) de incierto resultado para combatir el terrorismo, una inhibición insolidaria ante la evaluación de los riesgos de un posible cambio climático y actuaciones ilegales como las de la base de Guantánamo son parte de la difícil herencia que Bush le deja. (Fuente: la provincia.es)
VER DISCURSO:
este hombre cambiará la historia del mundo. Parece que tiene sensibilidad y no busca la guerra.
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