A medida que pasan los días, crece la indignación de la ciudadanía con respecto a las corruptelas que se vienen destapando por parte de la prensa local y nacional, en esta etapa de la reconstrucción de Ica. Y es que la corrupción no solo viene por parte de los beneficiados inescrupulosos que han vendido su Bono S/. 6 mil, a cuatro o tres mil soles para pagar deudas y comprar televisores; o de repente para ir a comer con la familia a un chifa o a una pollería. Tampoco la corrupción se estanca en los que recibieron este beneficio sin merecerlo, ya que según cálculos extraoficiales el promedio está entre el 70 y 80 por ciento. Es decir, de cada 10 personas que recibieron su Bono, solo 2 ó 3 personas realmente lo merecían.
De la misma forma, no solo están en actos de corrupción, los propietarios de ferreterías que cometieron un delito al comprar estos bonos personales e intransferibles, entre las que se encontrarían Cassoli y A y G, de propiedad de Adán Cacia Olivares y Andrés Espinoza Poma, respectivamente, según denuncia de Cuarto Poder de América TV.
Se estima que el promedio de Bonos 6 mil, negociados con las ferreterías estaría bordeando el 60 por ciento. Ahí esta la respuesta porque no hay casas construidas, y porqué aún la gente vive en esteras, plásticos y carpas. No encuentro palabras para calificar esta grosería, que no es otra cosa que un insulto al país. Por muy pobres que sean, no tenían ningún derecho de hacernos esto. Pero hay más.
En Ica, conocemos el accionar del actual Director Ejecutivo del FORSUR, Ingeniero Saúl Yabar Pacheco, el mismo que llevó a la quiebra a su empresa Andina de la Construcción. A propósito, esa empresa era conocida por nosotros, como Andina de la Destrucción, debido a los trabajos defectuosos que realizó a la comuna iqueña hace algunos años, en materia de saneamiento. ¿Cómo una persona que ha fracasado en el rubro de la construcción tiene semejante responsabilidad? Eso solo lo sabe el ministro. Se nos debió consultar a nosotros los iqueños quien debió ser el reemplazo de Julio Favre, y cuando hablo de iqueños, me refiero también a los nacidos en Pisco y Chincha.
Aquí en Ica, la empresa de agua EMAPICA, no se libra de los serios cuestionamientos en su contra, por la adjudicación de tres obras por más de 10 millones de soles. Por ejemplo, al Consorcio Manzanilla se le adjudicó una obra por más de 4 millones de soles, y para cobrar el 20% inicial –más de un millón de soles-, tenía que presentar una carta fianza. Al momento de verificar la autenticidad de esa documento, se detectó que había sido emitida por una entidad que no está reconocida por la Superintendencia de Banca y Seguros.
Estos constructores sabían que no contaban con garantías financieras para hacer esta obra. Esto era motivo suficiente para cancelar la adjudicación, sin embargo, se le entregó el cheque, cometiendo los funcionarios de dicha empresa un grave delito. La otra es Consorcio Parcona, que está integrada por la empresa Ecotecho, la misma que realizó un pésimo trabajo en la construcción de la Capilla del Señor de Luren. No sabemos bajo qué criterios se le otorgó a dedo esta importante obra a una empresa con múltiples denuncias de estafa. Al momento de escribir esta columna estos consorcios no estaban inscritos en la SUNAT, y no sabemos cómo así, es que han cobrado los cheques. Es decir la informalidad andando.
En los días siguientes al terremoto, se detectó que personas inescrupulosas se quedaban y robaban las donaciones. Ante esto, era tal la indignación ciudadana, que inmediatamente eran internadas en un penal. Creemos que este mismo trato deben de tener las personas que negociaron con el Bono, los ferreteros que lucraron con él, los alcaldes que favorecieron a sus allegados, si eso se llega a hacer, no habría sitio en ningún penal del país para meter preso a tanto miserable que se esta beneficiando con esta desgracia.
Finalmente, ¿sabe usted cuántas casas se hubieran hecho con todo el dinero que se ha entregado en los famosos Bonos S/. 6 mil? Nada más y nada menos que 8,400 viviendas nuevas. Y con esto se hubiera ahorrado todo este tráfico que ahora todo el país comenta, para la indignación de los iqueños, que sí queremos ver nuestra ciudad reconstruida. De algo sí estoy seguro, no todos somos sinvergüenzas.
Gastón D. Medina Sotomayor
