lunes, 8 de agosto de 2011

Pluspetrol negocia ampliación de Camisea con cajas de paracetamol, lápices y cuadernos


Por Conrad Feather*
En abril de 2011, un grupo de cazadores Nahua habitantes de la Reserva Kugapakori, Nahua y Nanti para Pueblos en Aislamiento y Contacto Inicial, en el sureste del Perú, sorprendió a un equipo de investigación de la consultora ambiental Environmental Resources Management (ERM) en las cabeceras del río Serjali en pleno corazón de la reserva y territorio ancestral Nahua. ERM había sido contratada por el consorcio Camisea, un mega proyecto de gas que opera en la cuenca vecina.

Los Nahua, furiosos por ser ignorados, expulsaron a los trabajadores. Para evitar un conflicto, la empresa argentina líder del Consorcio Camisea convenció a los Nahua de no preocuparse por una contaminación potencial ya que las investigaciones “no están conectadas con la búsqueda de petróleo y gas, sino que fueron simplemente esfuerzos para monitorear la fauna silvestre”.

La posición de Pluspetrol fue respaldada por el alcalde municipal, el cura local y más enfáticamente por el Instituto Nacional de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (INDEPA, entidad gubernamental responsable de la protección de los pueblos indígenas en aislamiento). Después de mucha presión, los Nahua permitieron la continuidad de los estudios a cambio de tres cajas de medicinas, un refrigerador para conservarlas, lápices y cuadernos para los alumnos y empleo temporal de 20 jóvenes Nahua para observar los trabajos.

Como explica Enrique Dixpopidiba Shocoroa, presidente Nahua, en este video (http://vimeo.com/27287600) (1) ni Pluspetrol, la consultora ERM y menos aún el INDEPA pensaron en consultarlos previamente. Más tarde salió la noticia que estas investigaciones están ligadas al estudio de impacto ambiental de una ampliación planificada del proyecto Camisea dentro de la reserva. Inicialmente, estos planes incluyen la apertura de tres pozos gasíferos y una intensiva campaña sísmica en el alto río Serjali.

Los Nahua están muy preocupados por los impactos potencialmente devastadoras de la actividad extractiva en las cabeceras del río Serjali: cualquier episodio de contaminación podría amenazar la cuenca entera, de la que dependen sus fuentes de agua y medios de vida. Peor todavía, fuentes de la empresa señalaron informalmente que tenían información de que el resto del territorio Nahua y prácticamente de toda la reserva sería clasificada en una nueva concesión petrolera por el Estado como Lote 117. Hasta donde sabemos, los Nahua todavía no han sido informados formalmente de los planes de ampliación del proyecto Camisea. De manera previsible, los más afectados por este proyecto son los últimos en enterarse.

Violando derechos de pueblos extremamente vulnerables

Cajas de medicina y útiles escolares parecen un cambio absurdo, pero es mas entendible si consideramos que el primer contacto de los Nahua con la sociedad nacional fue en 1984. Pocos meses después, casi la mitad de ellos murió de enfermedades introducidas para las cuales no tenían defensas inmunológicas. Hoy no son tan vulnerables a las enfermedades, pero como señala el señor Dixpopidiba eso no quiere decir que estén preparados para discutir con una empresa multinacional sobre un proyecto de extracción de gas que involucra inversiones por billones de dólares. En cierto modo, la nueva dependencia de la mercadería urbana generada por el contacto los hace más vulnerables todavía: enganchar es fácil cuando requiere poco más que unas cajas de medicina y algo de trabajo temporal. En estas condiciones, ¿es posible una negociación entre iguales, digna de un país democrático y multicultural?

La respuesta a esta pregunta es un escándalo: el consorcio multinacional se aprovecha de un pueblo extremamente vulnerable para imponer la explotación del gas y la institución gubernamental supuestamente creada para velar por la protección de los derechos de los pueblos en aislamiento le está dando la mano. 

Más allá de la violación del derecho Nahua al consentimiento libre, previo e informado (vigente en el sistema internacional), estamos frente a una nueva violación de la supuesta intangibilidad de las reservas para pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (2) y una violación de la ley particular a esa Reserva que prohíbe la expansión del Proyecto Camisea dentro de ella (3) .

Ignorando el tema y distorsionando los hechos

En lugar de reconocer sus faltas, Pluspetrol ha optado por relatar otra versión de los hechos. En respuestas por escrito (4) , simplemente evadió el tema. En reuniones posteriores en Lima en julio, la empresa explicó que el equipo de ERM fue sorprendido “por un grupo de madereros con un guía Nahua” y que no hubo ningún problema con la comunidad. Peor todavía, argumenta que fue ERM quien asustó y espantó a los supuestos “madereros”, convirtiendo al Consorcio Camisea en los grandes protectores de la reserva.

Finalmente, aprovecharon la oportunidad para entrar en un debate sobre la existencia de pueblos en aislamiento en la zona en cuestión. La opinión de los representantes de la empresa es que no existen pero a pesar de eso reconocen que tienen que respetar la Reserva y señalan todos sus protocolos de contacto y medidas de contingencia que tienen. O en otras palabras: “No se preocupen, verificamos que no hay gente aquí, hicimos un poco de sísmica y no vimos a nadie”. Pues, que sorpresa, si una manada de gente vestido en color naranja invadieron mi territorio y empezaron a reventar disparos yo tampoco esperare para hacerles preguntas.

¿Pero por qué sembrar dudas sobre la existencia de pueblos en aislamiento en la zona? La motivación es demasiado transparente. Si no hay nadie, no habría ningún problema con el proyecto de explotación de gas y peor todavía, la supuesta ausencia de poblaciones contribuye con el anhelo empresarial de desintegrar la reserva. Una vez que la gente han muerto o han abandonado la reserva es mucho mas fácil argumentar que no tiene sentido mantenerla.

Los representantes de Pluspetrol podrán decir eso en Lima, pero frente a la comunidad Nahua pidieron disculpas por su “equivocación”. Entonces, ¿por qué no decir toda la verdad en Lima? Tal vez sería demasiado vergonzante revelar la cuestionable realidad de un proyecto prominente como Camisea, con financiamiento de instituciones tan prestigiosas como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Al BID probablemente no le gustaría saber que el proyecto Camisea avanza ilegalmente sobre una reserva para pueblos en aislamiento, ni que Pluspetrol realiza los trabajos de expansión a espaldas de sus legítimos dueños y solo después negocia su entrada con cajas de paracetamol, lápices de colores y cuadernos.

Notas:
(2) Una ley para la protección de pueblos en aislamiento en Perú, sancionada en 2006, establece la intangibilidad de las Reservas.
(3) Decreto Supremo Nº 028-2003-AG.(4)Véase carta de FPP del 21 de junio de 2011 y la respuesta de Pluspetrol en http://www.forestpeoples.org/topics/extractive-industries/news/2011/06/letter-and-response-pluspetrol-peru-corporation-regarding-

* El Dr. Conrad Feather es un antropólogo que ha pasado gran parte de los últimos 10 años realizando sus estudios con los Nahua y apoyándolos en sus esfuerzos a defender y proteger su territorio y modo de vivir. Actualmente trabaja para Forest Peoples Programme (Programa para Pueblos de los Bosques o FPP por sus siglás en inglés).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

IMPORTANTE: Las personas que efectúen comentarios en este blog son única y exclusivas responsables de sus manifestaciones y opiniones; siendo responsabilidad administrativa, civil y penal de quien lo envió y/o utilizó el espacio para emitir opinión. El autor de este blog no garantiza la veracidad, exactitud, pertinencia y/o licitud de los contenidos publicados por los participantes quienes aceptan efectuar comentarios bajo su exclusiva y única responsabilidad.

JAIME ESPEJO ARCE