miércoles, 21 de septiembre de 2011

La inclusión llega a la ONU

Por Mirko Lauer 
La Asamblea General de las Naciones Unidas, Nueva York, funciona como el club de mandatarios más visible del mundo, en la teoría. Hay momentos en que todos los reflectores están sobre el famoso podio de mármol verde, y momentos en que el orador se dirige a una sala tres cuartos vacía. En muchos sentidos es la suerte de la olla.
Llegar recién elegido a esta 66ª edición ayuda a crear un cierto clima de expectativa, y un público. Ollanta Humala sigue siendo una cantidad desconocida para buena parte del mundo exterior. Sus primeras medidas han sido claras, pero los analistas todavía necesitan más para convencerse. Es el tipo de imprecisión que contribuye a crear interés.
En 1985 Alan García paró las orejas y levantó las cejas del auditorio de la ONU con su propuesta mostra de limitar el pago de la deuda externa a 10% de las exportaciones. No volvió hasta la asamblea del 2010, para presentar ante el mundo los logros alcanzados por su segundo gobierno, sobre todo a la luz de las propias metas del milenio de la ONU.
Alberto Fujimori pasó por la asamblea sin pena ni gloria, aunque quizás sí sorprendió, a los reunidos en 1999, con un discurso que duró siete minutos. Alejandro Toledo siempre sintió que tenía una obligación de venderle su imagen personal al mundo, y en consecuencia no se perdió uno solo de esos viajes a Nueva York.
Humala ha elegido como tema central de su discurso la exposición de sus ideas sobre la inclusión. Un paquete tecnocrático que lo diferencia de los planteamientos del ALBA, deslinde que ya hizo con su gira regional como presidente electo. Se trata, pues, de un mensaje sobre todo para los inversionistas.
Humala se presenta ante la ONU como un presidente interesado en introducir modificaciones sociales a un statu quo económico exitoso desde hace algo más de un decenio. Así, la posibilidad de sobrenadar las crisis mundiales que van y vienen, es decir la producción antes que la inclusión (aunque suene feo) termina siendo su mejor carta en el exterior.
Lo más parecido a un lineamiento de política exterior de Humala para la región lo presentó Rafael Roncagliolo al asumir la Cancillería: integración y concertación sin distingos ideológicos. Algo que en la práctica casi no ha pasado aún de ser una distancia frente al ALBA y un deseo de relanzar la Comunidad Andina de Naciones.
Luego está la lista de encuentros bilaterales de Humala, que algo dice: los mandatarios de Brasil y Corea del sur, los ex mandatarios Bill Clinton y Tony Blair. Los jefes de los Estados más importantes no suelen estar muy disponibles en estos días, y las reuniones son entre mandatarios con un especial interés por conversar cara a cara.

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JAIME ESPEJO ARCE