Alan García volvió a demostrar esta semana porqué es considerado de lejos uno de los políticos más hábiles del Perú y de América Latina. Cuando todos los grupos políticos parecían converger en la reforma laboral para formalizar el trabajo de los jóvenes entre 18 y 22 años, el líder aprista remó en dirección contraria y, para sorpresa de todos, llevó, como se dice, de las narices, a todos los demás líderes políticos.
El caso más llamativo es el de PPK. Apoyó la reforma e, incluso, dijo que se debería extender a los trabajadores de hasta 30 años, pero apenas escuchó el cuadre alanista retrocedió en toda la línea. Llegó a sostener que se debería derogar la norma y así dejó en claro sus tremendas limitaciones políticas. Lo mismo pasó con Keiko Fujimori y Fuerza Popular. El grupo naranja retrocedió a tontas y locas, dejando en posición poco decorosa a la congresista Martha Chávez, quien en un acto de dignidad, renunció a la Comisión de Trabajo del Congreso.
En síntesis, tremenda faena de García, quien podría con justeza volver a entonar esa canción en la que se dice que sigue siendo el rey. García subrayó así la distancia política que les lleva a Keiko y PPK, más allá de que su posición no juega a favor de los pequeños empresarios y los jóvenes que necesitan de la flexibilización laboral para crecer y formalizar el empleo.
Es evidente que Keiko y PPK estaban en difícil posición, porque si el gobierno que presenta el proyecto es incapaz de explicarle al país los beneficios de la nueva norma y de defenderla ante los críticos, los partidos de oposición no pueden jugar ese papel. Ahora bien, ¿qué significa que el líder de uno de los gobiernos de centro derecha más marcados de la historia del Perú se desplace al flanco izquierdo del escenario?
En primer lugar, que ya entramos de lleno a la campaña electoral y el tiempo de reformas a favor del país parece agotado. En segundo lugar, que el líder aprista ha decidido ocupar el lado izquierdo del escenario para presentar a Keiko y PPK en el lado derecho.
Pero, ¿qué significa el retroceso desordenado de Keiko y PPK? Que de alguna manera ambos no están dispuestos a permitir que los encasillen en esas geografías. Una situación rarísima en el escenario político porque, hasta hace muy poco, se sostenía que el espacio de la centro derecha estaba sobrepoblado tanto que, en el futuro, quizá se podría hablar de una tugurización de la centro izquierda. El razonamiento es sencillo: Si Alan está en la izquierda, ¿por qué no Keiko y PPK?
A lo mejor lo único positivo de esta guerra de movimientos en que se convierten los amagues electorales es que el espacio para un outsider de izquierda comienza a reducirse significativamente. Sin embargo consideramos que al Perú le falta más política y más políticos.
Un hombre público de raza, con escuela y formación, entendería muy rápido que la mayoría de los peruanos hoy es conservadora. Por ejemplo, esa mayoría obligó a Humala a mantener la democracia y la economía de mercado no obstante que había un proyecto autoritario en marcha. Ese político comprendería, con ese instinto que viene de las tripas, que los escenarios y los humores a favor de geografías de derecha o de izquierda dependen de las audacias y voluntades. Si existiese ese tipo de líder, García no habría cortado oreja y rabo como lo acaba de hacer.
Por Víctor Andrés Ponce
No hay comentarios:
Publicar un comentario
IMPORTANTE: Las personas que efectúen comentarios en este blog son única y exclusivas responsables de sus manifestaciones y opiniones; siendo responsabilidad administrativa, civil y penal de quien lo envió y/o utilizó el espacio para emitir opinión. El autor de este blog no garantiza la veracidad, exactitud, pertinencia y/o licitud de los contenidos publicados por los participantes quienes aceptan efectuar comentarios bajo su exclusiva y única responsabilidad.
JAIME ESPEJO ARCE